Según las estadísticas de dopaje, desde 1975 hasta hoy en día, las drogas más populares en el fútbol argentino son la efedrina y la cocaína.
Por Agustina Carreras -Como lo describe la FIFA (Fédération Internationale de Football Association), el doping es todo intento por parte del jugador, o por instigación de un tercero como el representante, entrenador, médico, fisioterapeuta o masajista, de mejorar su rendimiento mental y físico de manera no fisiológica o de tratar enfermedades o lesiones cuando no existe justificativo médico, con el único propósito de participar en una competencia. Esto incluye el uso (ingerido o inyectado) de sustancias prohibidas antes o durante una competencia. Estas estipulaciones también se aplican a los análisis que se realizan fuera de la competencia para verificar que no haya esteroides, anabólicos, hormonas peptídicas ni sustancias que produzcan efectos similares. El doping es un ejemplo de los numerosos intentos que a través de la historia el hombre ha realizado para mejorar artificialmente su propia resistencia a la fatiga, al participar en la guerra, en la casa y en el deporte, mezclando para ello frecuentemente la terapia con la magia y la brujería.
Y sí, desde hace 36 años apareció en nuestro fútbol. Las estadísticas señalan que desde 1975 hasta hoy en día sólo se detectaron 56 casos de jugadores con doping positivo en el fútbol argentino, cuando se realizan cantidades de pruebas por año. Hay muchas sustancias que están prohibidas en el deporte, entre ellas están: esteroides anabolizantes androgénicos, hormonas y sustancias relacionadas, gonadotrofinas, insulina, corticotofinas, antagonistas estrogénicos, estimulantes, analgésicos narcóticos, cannabis y sus derivados, dopaje genético, entre otras.
Pero, ¿cuáles son las sustancias que más utilizan los jugadores del fútbol argentino? Indiscutiblemente los estimulantes, debido a que los 56 casos de doping positivo que hubo, 27 de ellos fueron de efedrina y 19 de cocaína, y los que restan, por consumición de marihuana y metabolito de benzoilecgonina.
Muchos nos preguntamos el motivo por el cual estas sustancias son las más utilizadas por los futbolistas, y la respuesta está en la característica y efecto de ellas. La efedrina, a diferencia de la marihuana –droga que físicamente sus efectos son moderados, y en su mayor parte, despreciables- está clasificada como una droga que actúa como estimulante del sistema nervioso central, puede reducir la sensación de la fatiga e incrementar el estado de alerta, también puede aumentar el metabolismo en los tejidos, y podría producir pequeños cambios en el peso corporal. Por otra parte, el efecto de la cocaína provoca sensación de euforia, autoconfianza, energía, suprime la sensación de cansancio, nervios en tensión, ganas de moverse, ansiedad, etc.
Varios futbolistas fueron suspendidos por inferir cocaína y efedrina, entre ellos, Francisco Sa en 1980 (jugador de Boca, sancionado tres meses), Abelardo Cabalelli en 1982 (jugador de Talleres de Córdoba, inhabilitado por un mes y siete días), Juan Vallejos (Deportivo Morón, suspendido por 45 días), Diego Armando Maradona en 1997, Walter Cáceres en 2001 (arquero de Nueva Chicago), Sebastián Romero en 2003 (volante de Chacarita), entre otros casos.
La droga, en el ámbito deportivo, es una lucha constante de la que no se puede salir. Los deportistas que consumen las sustancias mencionadas anteriormente cuentan con mayor lucidez física y mental durante un partido, pero la realidad es que el doping es una pieza que no encaja en la estructura del deporte, porque además de causar problemas psicológicos y orgánicos, se convierte en muchos casos, en una adicción irreversible.
Agustina Carreras
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