Luego del rotundo éxito de la obra Made In Argentina, que fue vista por más de 1000 personas, el Grupo Vocacional de Teatro Sueños, que dirige Adriana Giannaday se encuentra sin sala para hacer teatro.
Adriana, que cuenta además con otro grupo «Baraka» y uno más en formación ya que muchos vecinos se quieren sumar a esta movida cultural, se quedó nuevamente sin espacio físico.
El Teatro San Martín ha sido cerrado por decisión del Obispado hasta que puedan realizar las obras de mantenimiento, el Centro Cultural tiene actividades programadas para toda la semana, la Casa Suiza esta en refacción y el Teatro Colon cobra un alquiler que para un grupo vocacional es muy elevado. Con este panorama se corre el riesgo de que este grupo con más de 15 años de actividad y reconocido por el municipio hace unos meses por su aporte cultural a la comunidad, quede inactivo.
Dialogamos con Adriana Giannaday, quien explicó la situación insólita que están atravesando.
¿Hace unos meses tuvieron dos funciones a sala llena, fueron reconocidos y hoy no tienen sala?
“Nosotros el año pasado tuvimos muchísimo éxito con Made in Argentina, la verdad es que no esperábamos reponer otra vez este año la obra, porque ya habíamos terminado el ciclo, pero esta convocatoria de haber hecho estas dos funciones para estas dos fechas gratuitamente y con el auspicio de la municipalidad, la verdad que para nosotros fue de mucha felicidad y te explico porque, porque yo siempre lo he dicho, el grupo lleva 17 años haciendo teatro y jamás fue reconocido, no es que uno hacía esto para el reconocimiento, pero creo que merecíamos el reconocimiento y lo digo por el grupo, por lo que trabajamos y porque siempre hicimos buen teatro, con responsabilidad, poniendo la garra y teniendo miles de traspiés y sin embargo seguimos adelante, entonces el haber sido reconocidos y ver a las autoridades del municipio viendo nuestro trabajo por primera vez en todo este tiempo, nos puso muy felices. Creo que debemos ser agradecidos con el municipio, por permitir que el público pueda asistir gratuitamente, hubo gente que nunca había ido a ver nuestras obras, para nosotros fue como abrir más puertas, esta vez el municipio permitió que mucha gente nos pueda conocer y debo dar gracias a la señora Intendenta Fernanda y a todo su equipo de Cultura que hizo posible que pudiéramos dar dos funciones gratuitas de Made in Argentina a sala llena».
¿Estabas por estrenar otra obra?
«Tengo otro grupo de adultos, que ya lleva cinco años conmigo y estamos ensayando Ocho Mujeres de RoberthThomas que venimos del año pasado y ya estamos con un pie en el estreno, el problema que se suscita hoy es que no tenemos un lugar donde hacerlo, desgraciadamente no todo es alegría. El Teatro San Martín con mucho dolor porque es mi lugar el San Martín, está cerrado y por decisión del Obispado hasta que no se hagan las reparaciones pertinentes no se puede usar, en el San Martín hay muchas cosas para arreglar, así que han optado por no usarlo, que me parece bien siempre y cuando no quede cerrado para siempre.
Sería una pena que eso quede cerrado en ese lugar, ese teatrito tiene una acústica espectacular y espero que a la gente del Obispado le interese la Cultura, le interese arreglar ese teatro porque además es de la Obra Educativa Parroquial y los chicos de los Colegios Ferrari y Bolaños lo usan, así que también es parte de ellos, pero la verdad es que no sé cuando lo van a empezar, quiero confiar en que se va arreglar».
¿Qué pasó con las otras salas?
«Bueno continuamos buscando alternativas, estuve hablando con la gente del Teatro Colón lo que pasa es que no nos pusimos de acuerdo, no sé si hubo un mal entendido con la cifra, la verdad es que nos piden una cifra por mes que por ser un teatro vocacional- yo lo consulto con ellos – nos pareció un poco elevada, porque tenemos que juntar esa plata por mes. Nosotros utilizaríamos la sala los lunes, miércoles y viernes, serían dos horas semanales, salvo el viernes que serían 4 obras porque hay dos grupos ese día.
Yo soy consciente y con esto no quiero generar ningún tipo de polémica que nosotros no pretendemos estar gratis porque obviamente hay gastos de luz, gas , mantenimiento y hay una comisión que lo lleva adelante. Con cualquier obra el teatro de lleva un porcentaje, los hemos hecho con todos, en realidad a nosotros nos pidieron 3.500 pesos mensuales, a lo mejor es una pavada por semejante edificio, pero no soy yo la que decide tampoco, hay grupo de gente de casi 20 personas que está conmigo y que es vocacional, no cobramos y lamentablemente hoy por hoy no tenemos un lugar para juntarnos. Nosotros entendemos que gratis no podemos estar, pero lo real es que hoy por hoy no tenemos teatro».
¿Cómo te sentís con todo esto que no es la primera vez que te pasa?
«El grupo de ochos mujeres está ensayando en mi casa, acomodo mi comedor lo dejo como si fuese un escenario- aunque no lo es-, pero lógicamente que nada que ver con un escenario real. Es lamentable porque nosotros la venimos remando hace años y esto de estar todos los años con la incertidumbre de no saber dónde vamos a ir a parar, la verdad molesta un poco. Debo agradecer a toda la gente que me acompaña, porque no bajamos los brazos y continuamos la búsqueda, yo creo que en algún momento se va a poder arreglar algo y se va a poder seguir y si no será el fin del teatro de parte mía.”
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