El presidente francés rindió homenaje a las monjas francesas desaparecidas durante la última dictadura militar, en un emotivo acto realizado junto a organismos de derechos humanos. Este tributo busca honrar la memoria de las religiosas que fueron víctimas de la represión y reafirmar el compromiso con la verdad, la justicia y la defensa de los derechos humanos.

El reconocimiento se llevó a cabo en un contexto de memoria histórica, destacando el rol de las monjas que, comprometidas con la justicia social y la ayuda a los más necesitados, se convirtieron en símbolos de resistencia en una época de oscuridad y violencia. En el acto, se subrayó la valentía de estas mujeres, que enfrentaron los riesgos de la dictadura en defensa de los derechos fundamentales.

El presidente destacó la importancia de recordar estos hechos para evitar que se repitan, y reiteró el apoyo a los esfuerzos de los organismos de derechos humanos que, durante años, han trabajado incansablemente por la justicia y la preservación de la memoria. Además, el homenaje subraya la relación estrecha entre Francia y los países de América Latina en la búsqueda de justicia por las violaciones a los derechos humanos cometidas en el pasado.

El evento fue recibido con emotividad por los representantes de los organismos de derechos humanos, quienes agradecieron el gesto y reafirmaron la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas, en especial en un contexto global donde, en ocasiones, se intenta minimizar o negar las atrocidades del pasado. La ceremonia no solo fue un acto de homenaje, sino también un llamado a la reflexión y al compromiso internacional con los derechos humanos y la justicia histórica.

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