Los rulos compactos que cubren su cabeza hacen que sus amigos lo llamen «Viru», por analogía con la lana de acero «Virulana» y su pasión riverplatense es de tal dimensión que, llegado su equipo favorito a la disputa de la copa interclubes a realizarse en Japón, no vaciló. De inmediato Braian Gutiérrez decidió que viajaría hasta el antiguo Cipango para estar junto a River Plate. Para lograrlo vendió cuanto pudo, juntó ahorros y hasta llegó a solicitar un préstamo a un banco conocedor del riego que tal actitud conlleva ya que el banco da paraguas cuando hay sol y sombrilla cuando llueve.
En compañía de otro baraderense, su amigo Marzoa, partieron cercana ya la fecha del encuentro hacia Japón para encontrarse con un país que lo dejó totalmente maravillado. Braian afirma que la cultura del pueblo japonés es asombrosa. Lo ejemplificó con más de una anécdota: cuando fueron al estadio se ubicaron en sus sitios y, al comenzar a colgar la bandera identificatoria, tuvo de inmediato a su lado, para ayudarlo, una decena de gentiles colaboradores. Cuando le tocó viajar en el subterráneo, en medio de un silencio total que solamente interrumpían los hinchas argentinos con sus cánticos, observó que al usar las escaleras mecánicas los usuarios se ubicaban en los laterales dejando un pasillo en el medio. Cuando indagó a qué se debía, supo que lo hacen para que, aquella persona que tenga apuro, pueda transitar sin obstáculos y nadie la demore. Relató también que es verdad lo que siempre se ve en películas y documentales en cuanto al uso de barbijos, los llevan los enfermos para no contagiar y también muchos sanos para no contagiarse.
El Diario quiso saber cómo se arreglaban con la comida y la respuesta fue propia de estos tiempos que se viven: «Íbamos al Mac Donald».
La religión budista es prácticamente la única que existe en Japón y la practica entre el 80 y el 85 % de la población que además observa sus reglas con sumo respeto; los templos budistas son motivo de visita de todo turista que visita esa tierra.
El tránsito de Tokyo es sumamente intenso, pero pese a ello durante toda su estada Braian vio nada más que dos autos chocados, los demás, en estado impecable.
Una observación muy interesante fue que supo allí en Japón que, toda persona que tiene trabajo, la enorme mayoría ya que no vio más que dos indigentes durante los días que permaneció en el país, sabe que difícilmente sea dejado sin empleo y además, que el sueldo que perciba, sea en la tarea que fuese, le permitirá llevar una vida digna, sin pasar necesidades.
Definió a los japoneses como personas respetuosas, muy agradables en el trato, sociables e interesadas por la pasión futbolera argentina. En las fotos que acompañan pueden verse escenas de lo vivido en ese viaje, que seguramente le ha resultado inolvidable a este joven baraderense.
Durante la conversación que Braian mantuvo con El Diario, fue notorio su respeto y encanto con el Japón, esto llevó a que se le preguntara si, puesto en la disyuntiva de elegir vivir acá o allá cuál opción tomaría y respondió que Japón le gusta mucho y que ha visto cosas maravillosas, pero hay algo que lo retiene en esta tierra que allá no tiene. Ese algo no lo cambiaría jamás y se llama River Plate. Se caía de maduro.
El Diario de Baradero
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