Hace sólo un año que pasó el accidente de Celeste. Hace ya un año. No sé cómo se mide el tiempo, menos cuando a uno le pasa algo así que pierde a su amiga o hija o vecina o compañera. Supongo que el tiempo no pasa, de alguna manera. Hoy hablamos con Andrea Sánchez -abogada de la familia Vélez- y ella nos dio un dato en el que nos gustaría hacer énfasis. Dijo que la carátula que presenta el caso hasta ahora es “Homicidio simple y lesiones graves”, calificación poco común a la hora de juzgar un accidente de tránsito. Caratularlo de esta manera hace que la pena sea mayor, ya que cuando es calificado de homicidio culposo “las penas son leves, y en su mayoría no son efectivas. Ahora veremos si la imputada manifiesta oposición, si pide el cambio de calificación legal”.
Esta es una causa donde se han recolectado gran cantidad de testimonios, antes y durante el accidente. Los resultados, en ese sentido, son óptimos, y dejan a Ferreira ensuciada hasta las manos. Ella se encuentra en prisión domiciliaria en Lima hasta que la jueza lo decida. Está presa, pero en su casa. Está presa, preventivamente. Está presa, pero tiene a un niño a su cargo. Está presa, pero no hay rejas. Ella chocó a Celeste manejando a toda velocidad. Ella está presa en su casa, Celeste no está.
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