Cuando Mario Aguirre, entre tantas otras cosas surgidas de su permanente inquietud, esbozó lo que luego resultaría la Comisión Puerto Ultramar Baradero, paralelamente, al contar con una oficina propia para el funcionamiento de la citada comisión, recurriendo a sus relaciones políticas y sociales, logró formar una biblioteca que sería, no podía ser de otra manera, pública, popular. La incipiente biblioteca comenzó con algunos pocos volúmenes que luego llegaron a sumar alrededor de 600 y que estaban en los estantes que a los efectos de dar cobijo a los ejemplares, se ubicaron en la oficina que hasta no hace mucho funcionaba bajo la escalinata de la tribuna de la Plaza Colón y que, tras el fallecimiento de Aguirre, fuera bautizada con su nombre.
Otros vientos políticos soplan en nuestra tierra, del puerto de ultramar se habla poco y nada (más bien nada) y la oficina ya no existe. En el lugar se realizan tareas de reparación y mejoras, que buena falta hacían. Pero tales trabajos forzaron a que los libros fueran retirados del lugar.
Algunas personas interesadas en el destino que esos libros tuvieran, se acercaron a las oficinas municipales logrando interesar a la misma intendente quien por toda respuesta señaló que «no había lugar donde ubicarlos». Es decir, claramente, que en nuestra comuna, con todos los lugares que dispone en diversos sitios, no existe uno para dar espacio a 600 libros de una biblioteca popular.
Se buscaron algunas posibilidades, pero resultaron frustradas por negativas, condicionamientos o, también, espacios en los que los horarios, casi minutos diarios, hacían que el normal funcionamiento de la biblioteca no pudiera darse.
El vecino Carlos Silva, quien realizó casi todas esas gestiones, terminó llevándose a su propia casa la biblioteca completa, para lo cual tuvo que disponer de un espacio que usaba para sus cosas personales y restarse así comodidades.
Por ahora los ejemplares están en el lugar señalado, pero el tema nos trae a la memoria algo que viene sucediendo desde hace tiempo, años en verdad. La Biblioteca Municipal «Fray Luis de Bolaños» recibe ofertas de donaciones en forma permanente y todas son rechazadas por la falta de espacio. Es lamentable que esto continúe ya que se está perdiendo un valioso patrimonio y de no hallar una solución las cosas seguirán como hasta ahora. Existe una solución, seguramente, y habrá que encontrarla para evitar que se sigan dando estas lamentables situaciones.
Publicado por El Diario de Baradero
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