La esposa de Sergio Núñez, el comisario inspector de la Policía bonaerense que en 2011 fue encontrado muerto en un camino rural del partido de Baradero, cree que su marido falleció en un accidente y no fue víctima de un hecho delictivo, tal como prevé investigarlo la Justicia.
«Me ocupé, hablé con profesionales, amigos de Sergio que intervinieron en el momento del hecho, los cuales me dejaron convencida y tranquila de que se trató de un accidente», dijo a Télam María Rosa Barrenechea, al rechazar la hipótesis de que el jefe policial pudo haber sido asesinado.
La mujer, representada por los abogados Gotardo Iván Migliaro y María Victoria López, aseguró que siempre permitió que se investigara para llegar a la verdad y que ella cree en la Justicia.
Por su parte, Jorge Leveratto, fiscal subrogante de San Nicolás, decidió el mes pasado investigar el hecho como un «presunto homicidio simple».
En ese sentido, el hermano de la víctima, Néstor Núñez, aseguró a Télam que deberán indagar a los que salieron «beneficiados» con la muerte de Sergio, tanto del «círculo íntimo como del círculo policial».
Sergio Daniel Núñez (45) estaba a cargo de la Jefatura Comunal de Capilla del Señor y a punto de ser ascendido como jefe Departamental de Exaltación de la Cruz, cuando la tarde del 22 de enero de 2011 iba en una bicicleta verde por el Camino Real Bajo Alsina, sentido Baradero.
Según la investigación inicial, a cargo del ayudante fiscal de Baradero, Norberto Raúl Masciarelli, a la altura de la estancia Los Alamos se rompió la horquilla de la bicicleta debido al óxido que tenía y se desprendió el manubrio del resto del rodado.
De acuerdo a esa línea investigativa, Núñez cayó del rodado y golpeó su cabeza contra el piso, en ese entonces de tierra, por lo que murió casi en el acto a raíz de las lesiones sufridas.
Sin embargo, desde un primer momento, la madre y el hermano de la víctima no creyeron en esa hipótesis debido a la falta de pruebas.
«A mi hermano lo mataron a palazos -dijo Néstor-. Entre cuatro y cinco personas se bajaron de un auto, lo rodearon y forcejeó con alguno de ellos pero lo golpearon en la cabeza varias veces».
Para el hombre, su hermano «descubrió algo muy groso y lo asesinaron personas que él conocía, piratas del asfalto en connivencia con policías».
Mientras que Barrenechea calificó esa versión como «delirante» y consideró que nunca pudo ser sorprendido de esa manera por la «experiencia» que tenía su marido como policía.
«Para un tipo de accidente como el que tuvo no se necesita una gran piedra, el camino estaba compactado para posteriormente ser asfaltado, que no es lo mismo que caerse en un piso de tierra», dijo la mujer, que tuvo dos hijos con el fallecido.
Además, la esposa indicó que ella se presentó a declarar «en forma voluntaria para colaborar en todo lo que fuese para la causa» y que en esa oportunidad presentó pruebas de que su marido había sufrido de joven dos traumatismos de cráneo que pudieron haber influido en las fracturas producidas cuando, según la versión que sostiene, él cayó de la bicicleta.
«Uno de ellos había sido producido cuando era adolescente y otro en un accidente a los veintiún años. A partir de allí se desmayaba muy seguido y perdía mucho la memoria», contó.
Y agregó: «Un médico le dijo que probablemente tenía una fractura de cráneo, le indicó una tomografía que nunca se hizo porque en ese momento él sufría de fobia».
Pero algunos compañeros del jefe policial negaron a Télam que haya tenido problemas de memoria y que si hubiese sido así tendría que haberse advertido en algún momento porque los funcionarios de la fuerza se realizan exámenes de manera periódica.
Fuentes judiciales informaron a Télam que a la hora de decidir que la causa se investigue como un homicidio, el fiscal Leveratto tuvo en cuenta, entre otros elementos, la segunda autopsia realizada por el médico forense Manuel Armando Caro, quien no descartó la «participación de terceros» en el hecho.
Para el perito, «las fracturas del maxilar inferior y superior fueron dos impactos diferentes y no obedecen al mismo plano».
Según Caro, «no sería probable la multiplicidad de fracturas al caer en un camino de tierra consolidado pero sin superficies irregulares o con piedras salientes».
«Pudo haber sido producido por algún objeto duro de bordes romos, ya que el maxilar es un hueso compacto que tiene que recibir un impacto de gran violencia para poder fracturarse», puntualizó.
Ese informe contradijo la primera autopsia realizada por el médico forense José Dubini, quien había determinado que «la víctima no llegó a soltar sus manos para intentar defensa con la cara palmar de las mismas».
«No hubo lesiones de lucha o defensivas que den idea de agresión o defensa en relación con el mecanismo y momento del hecho», detalló el perito en su momento y así dictaminó que la muerte había sido «accidental».
Telam
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