Crónica modulada – Por Agustina Carreras
Brian Risso Patrón, del entrenamiento a la cárcel.
La ex promesa de Racing Club de Avellaneda, atraviesa el momento más duro de su vida y sueña con salir para seguir con su vida futbolística. Desde las rejas, nos cuenta el gran giro que dio su vida, y todos sus sueños vigentes.
Jóvenes, altos, habilidosos y luchadores sí los hay. Así demostró ser el ex juvenil de 19 años que luego de tanta luz y una juventud repleta de éxitos, el 3 de septiembre de 2011, cayó en una pesadilla poco esperada y plenamente oscura. Llegaba a su casa cansado pero feliz luego de entrenar en su amado club de Avellaneda y jamás imaginó con lo que se iba a encontrar, allí estaba la policía esperándolo y desde ese dramático momento su vida cambió…
El 13 de agosto de 2011 una áspera discusión entre dos bandos del barrio Quilmes Oeste cerca del local bailable “La cantina de La Cañada”, llevó a que un joven desde su moto sacara un arma y baleara a la víctima, Samuel Quiles de 18 años. El acusado de este hecho fue Brian, que hace un año se encuentra en la Unidad Penitenciaria 54 de Florencio Varela y, a pesar de su realidad poco deseada, esperanzado y defendiendo su inocencia, busca salir de la situación que opacó todos sus sueños: la cárcel.
En una celda de 2×3 metros, nervioso e inquieto expresa sus anhelos “no veo la hora de salir y seguir con mi vida porque hace un año que estoy encerrado y es muy difícil”… Cuenta también que siempre le escribe cartas a su ex compañero y gran amigo Ricardo Centurión –actual figura de Racing- y que él se las contesta.
Brian todos los días al despertar desea estar viviendo una pesadilla, cauteloso y alimentándose de sus pensamientos que están repletos de fútbol y no hace otra cosa que querer vivir de ese deporte tan popular que desde los 4 años le apasiona, lo vio crecer y, sin dudas, ocupa gran parte de su tiempo al igual que Dios, que dice que cada segundo de su día lo ayuda a que sus sueños de ser libre y vivir del fútbol queden intactos y no se pierdan como se perdió su vida durante un año.
A pesar del encierro, la ex joyita de Racing, intenta pasar los días de la mejor manera levantándose a las 7y30 de la mañana, ya que cuando jugaba, ese era el horario de entrenamiento. Además de bañarse y hacer gimnasia, su pabellón es cristiano por eso cada mañana ora junto a sus compañeros.
Brian se siente conforme con su entorno en la convivencia, pero muy desilusionado con el afuera… “Los únicos que se acercaron fueron Nano Silva (ex compañero de primera), Ricardo Centurión, Leandro Herrera y dos o tres amigos que ya se fueron de Racing. No fueron muchos los que me llamaron, los que siempre estuvieron en todo momento fueron mis padres y mi novia, cuando salga sólo me importarán ellos. No estoy enojado pero siento que me dejaron de lado”.
Defendiendo firmemente su inocencia, el joven no ve la hora de estar con su familia, de disfrutar del fútbol, de ver a Racing y abrazar a su novia. Sostiene que todo sirve para crecer y lo deja a todo en manos de Dios.
Crónica modulada – Por Agustina Carreras
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