Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) determinó que el estancamiento del empleo y aumentos de salarios no compensan la inflación. Se exige un profundo ordenamiento del sector público y reglas que estimulen la inversión y la generación de empleos
Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) determinó que el estancamiento del empleo y aumentos de salarios no compensan la inflación. Se exige un profundo ordenamiento del sector público y reglas que estimulen la inversión y la generación de empleos.
Bajo el título “La tasa de inflación igualó el crecimiento de los salarios”, IDESA elaboró un informe en el que establece que la inflación se ha convertido en uno de los principales factores de intranquilidad en la población y se percibe la pérdida de capacidad de compra debido al aumento de los precios.
Frente a este panorama, las autoridades insisten en minimizar la importancia de la inflación y seguir apelando a las mismas estrategias como, por ejemplo, los acuerdos de precios. En la visión oficial –dice el informe- los aumentos de salarios nominales y de gasto público son un factor de estímulo a la actividad económica y el empleo. Los impactos que esta estrategia produce sobre la inflación se subestiman. En parte, a través de la manipulación de las estadísticas del INDEC, en otra parte, considerándolos un efecto colateral no deseado pero que se justifica tolerar en aras de impulsar el crecimiento económico.
En el análisis de la información IDESA llega a la conclusión que “entre los años 2003 y 2008, el empleo privado formal creció al 9% y el salario nominal al 20% promedio anual, mientras la tasa de inflación era de 14% promedio anual. Entre los años 2008 y 2011, el empleo privado formal creció al 2%, el salario nominal al 27%, mientras la tasa de inflación ascendió al 22% promedio anual”. Por su parte, en el 2013 “el empleo privado formal creció apenas 1% mientras que la tasa de inflación igualó el crecimiento de los salarios en el entorno del 27%”.
“Los datos del año 2013 sugiere el ingreso a una tercera etapa, donde el empleo se estanca y la aceleración de la tasa de inflación tiende a superar el crecimiento de los salarios nominales”, reza el documento.
“Promover el crecimiento económico basado exclusivamente en estímulos al consumo sin atender la inversión es un proceso no sustentable. Por eso se llega fatalmente a una instancia en la cual se acelera la inflación y se detiene el crecimiento del empleo y los salarios reales”.
El Instituto plantea que “una alternativa más promisoria es reconocer el “agotamiento del modelo” y cambiar de estrategia promoviendo aumentos de empleos y salario reales basados en la elevación de la productividad. Esto exige atacar el principal factor generador de inflación que es el enorme desequilibrio fiscal que obliga a la masiva emisión monetaria sin respaldo. En paralelo, entablar un camino de reconstrucción institucional tendiente a recuperar la inversión genuina y la generación de empleos privados productivos”.
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