
Semanas atrás comenzaron a aparecer, en soledad, los bancos de cemento que depositados a un costado de las plazoletas del bulevar René Simón, presagiaban que alguna cosa se construiría en el lugar. Días después una máquina excavó las sendas que luego fueron pavimentadas creando de esa manera una vereda que va desde la intersección del bulevar mencionado con la calle Rodríguez, hasta el cruce con Pedro León Gallo, exactamente donde René Simón troca su nombre por el de Alfredo Cossi.
De esta manera, con las veredas bien alineadas, prolijas, con los bancos lateralmente ubicados y las luminarias renovadas y despojadas de las ramas que impedían que su luz llegara tan difusa como se pretendía, puede decirse que el bulevar se ha visto realzado con su nueva imagen.
La obra es un avance en el plano edilicio de la ciudad y como tal se la celebra con la esperanza que ese tipo de innovaciones no se detengan y vayan sumándose para mejorar el aspecto de nuestro Baradero.
El Diario de Baradero
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