Luego de haber tratado por este medio el caso «Karina Mangin», la jóven que se quemó el brazo y parte del rostro en un accidente de trabajo, volvimos a establecer comunicación con ellos para saber cómo seguía el tema. Hablamos con ella y su marido, Miguel Amado, quienes nos dijeron que ya está fuera de peligro y en su casa. Entre sus palabras queremos destacar lo siguiente: Karina está bien, en su casa, le han dado el alta pero no definitiva, le han realizado injertos, curaciones, ahora le queda la etapa de rehabilitación, de hacer kinesiología, aún tiene que viajar al hospital Eva Perón -ubicado en el Gran Buenos Aires-, queda todavía una cirugía que hacer en la cara, su cuello ha perdido movilidad.
Miguel destaca y agradece al jefe de Karina, Mariano Salaberry, quien en todo momento los acompañó y se hizo cargo de todos los gastos ocasionados. Estas son las palabras de Karina: «lo que pasé, lo que viví, solamente yo lo sé. Lo que sufrí esa semana en Baradero, sin tratamiento, no tiene nombre. Yo estaba acostada en una cama, de la cual sólo me retiraban para hacerme los baños correspondientes. En ese transcurso, con el frío que tomaba, me agarré neumonía, se me bajaron las defensas, las quemaduras siguieron quemando hacia adentro y me deshidraté. Todas estas complicaciones fueron las que me llevaron a terapia. La pasé mal, pensé que no volvía.»
Karina dice que no está enojada con el hospital. Lo que sí sugiere es que se mejoren las guardias, que es necesario que haya un equipo médico disponible en el momento que un herido llega al hospital, y no que se tenga que esperar a que el médico venga de su casa a las dos o tres horas, o haya que ir a buscarlo al club. Al fin de cuentas, es la profesión que ellos eligieron. Eso piensa Karina.
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