Ayer, 8 de diciembre, los cristianos de todo el mundo celebraron la fiesta de la Inmaculada Concepción. El dogma de fe según el cual la Madre de Jesús fue preservada del pecado desde el momento de su concepción. Es decir, desde el instante en que comenzó su vida humana.
Los fieles que acostumbran a asistir a la parroquia Santiago Apóstol, celebraron la Santa Misa en el centro de la Plaza Mitre, en un marco de mucha alegría, compartieron la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, ella, nuestra madre.
El padre Atilio presidió la Santa Misa y concelebró el padre Arturo, juntos a todo el pueblo celebraron a María, que nos conduce a Jesús. Esta Fiesta también abre las puertas a la gran celebración del Nacimiento de Jesús en la Navidad que se apróxima.
En su homilía el Padre Atilio, invitó a todos, a que «nunca nos soltemos de las manos de María, siempre está invitándonos a vivir como hijos de Dios; Ella nos enseña que nuestro Dios es rico en misericordia.
La Virgen también quiere que vivamos como hermanos y ésta es una tarea importante que todos tenemos» fue parte del mensaje que expresó el párroco.
Al finalizar la Sagrada Eucaristía, la mamás que están en la etapa de gestación, como todos los 8 de cada mes, recibieron su especial bendición.
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