Hasta ahora, sólo tienen el del padre, pero un proyecto pretende que se use también el de la madre.
La Legislatura porteña analiza un proyecto que pretende que los recién nacidos en la Ciudad sean inscriptos con los apellidos del padre y de la madre obligatoriamente, con el fin de «erradicar los estereotipos de género, que otorgan a las mujeres un papel subordinado al hombre”, no obstante hay voces de resistencia que plantean que su aplicación sería engorrosa y complicada.
La iniciativa, que pertenece al legislador Martín Hourest, está en discusión en el marco de la Comisión de Legislación General, donde varias diputadas, entre ellas Carmen Polledo, Diana Martínez Barrios y Mónica Lubertino, ya expresaron su rechazo al proyecto que seguramente, derivará en un debate en el recinto.
Puntualmente, el proyecto plantea la obligatoriedad para que los registros civiles de la Ciudad de Buenos Aires inscriban a los niños con los apellidos del padre y de la madre.
La norma, de aprobarse, implicaría una diferencia con la ley vigente a nivel nacional que contempla sólo la posibilidad de optar a los padres para inscribir al recién nacidos con ambos apellidos. «La utilización de ambos apellidos representa un avance en resguardo del derecho a la identidad de los menores, consagrado en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente, al agregar un elemento más para asegurar la
determinación filial”, señaló Hourest.
El legislador subrayó que la iniciativa apunta a reivindicar «la igualdad y la no discriminación”.
La iniciativa, sin embargo, admite una excepción en los casos en que el hijo sea sólo reconocido por la mamá o el papá, situación en la que «podrá llevar el apellido compuesto del progenitor que lo inscribe o, en caso de ser simple, el apellido del progenitor y un apellido declarado de un ascendiente”.
El representante de Igualdad Social dijo que «la obligación de incorporar el apellido materno tiene como objetivo poner fin a un horizonte cultural que se construyó sobre las bases de una filosofía que sometía a la mujer a condiciones de desigualdad en el plano jurídico que reflejaban, a su vez, su condición de inferioridad en los planos económico, social y cultural”.
Además, «tiende a cumplir con los compromisos asumidos por el Estado y procura colaborar a la erradicar los estereotipos de género, que otorgan a las mujeres un papel subordinado al hombre” y añade que «una regulación más equitativa en el régimen de asignación de apellidos contribuirá a la construcción de relaciones familiares más igualitarias”.
En cambio, para la legisladora del PRO, Carmen Polledo, quien se opone a la iniciativa, «no hace falta imponer el apellido de las madres como demostración del lugar que las mujeres tenemos en la sociedad”.
«Desde el punto de vista práctico no es un aporte a la Ciudad, encuentro más complicaciones que soluciones a su aplicación y creo no es un beneficio que sirva para exaltar la figura de la mujer”, agregó.
Además, advirtió que la norma choca con la ley establecida a nivel federal, la 18.248, que sostiene «los hijos matrimoniales llevarán el primer apellido del padre. A pedido de los progenitores podrá inscribirse el apellido compuesto del padre o agregarse el de la madre”.
26noticias.com.ar
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