Se trata de una máquina que simula la respiración humana para atraer y atrapar a los mosquitos. Es importado y su costo ronda en torno a los $2 mil. El ministro de Ambiente, Diego Santilli, destacó la eficiencia de los equipos
El proyecto piloto consiste en la instalación, en el Jardín Botánico «Carlos Thays», de dos trampas de última generación diseñadas en los Estados Unidos. Estos dispositivos tienen la capacidad de atraer y atrapar mosquitos en un radio de 2.000 m2. Funcionan a través de la producción de CO2 (dióxido de carbono), como el producido por los humanos al respirar.
«Este novedoso sistema nos posiciona a la vanguardia en la lucha contra el dengue y los mosquitos que lo transmiten. Es un paso más en la búsqueda de soluciones alternativas y se suma a todo lo que venimos haciendo para llevar tranquilidad a los vecinos», declaró el Ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.
«Más de 90 ovitrampas de las 210 que hemos instalado dieron positivas en las últimas horas. Y este es un paso más en la lucha de la Ciudad contra el dengue. Estamos utilizando tecnología de punta «, explicó el funcionario porteño.
Las trampas de mosquitos basadas en CO2 (dióxido de carbono) ya fueron implementadas con éxito por gobiernos nacionales y autoridades locales en los Estados Unidos, Australia, Corea del Sur, Canadá y Brasil, entre otros países.
Infobae.com
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