
El domingo, cuando el sol resplandecía con fuerza a punto tal de resultar por momentos enceguecedor, a nadie se le hubiese ocurrido encender las luces de la calle. Pero en Baradero ocurren estas cosas insólitas ya que por largas horas las luminarias de buena parte de la ciudad permanecieron encendidas, incluidas las de la Plaza Colón.
Los vecinos conocen que el gasto que ocasiona el alumbrado público se sostiene con el aporte de todos los ciudadanos cuando abonan la generalmente abultada factura de consumo eléctrico, visto lo cual constituye como mínimo una irresponsabilidad lo sucedido. Se entiende lo que seguramente ha sido una equivocación, pero no se comprende, en cambio, como pudo prolongarse en el tiempo tal situación. No tenemos los periodistas un sentido especial que nos permita ver lo que otros no ven, por lo tanto, así como nos dimos cuenta que lo que sucedía era anormal y debía ser solucionado, parece que no fue observado por las personas encargadas de que no se registren ese tipo de anomalías que, literalmente, pagamos todos.
Tal vez sería necesario deslindar responsabilidades ya que el consumo registrado durante el lapso en que las luces estuvieron inútilmente encendidas, no ha de ser menor y además, aunque así lo fuera, no hay razón para que estas cosas ocurran y lo que es peor, se repitan con bastante frecuencia ya que no es la primera vez que se observa un caso similar. Cabe sumarle que en este oportunidad, lo más preocupante fue el extenso tiempo en que las luces permanecieron activas.
El Diario de Baradero

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