Nombre: José Luis Oreglia
Mensaje: Hola, ante la publicación de la nota relacionada con la guerra de Malvinas del pasado lunes, les solicitaría de ser posible la publicación de una similar que publicáramos el año pasado en el Diario de Baradero relacionada con este tema. Les cuento que junto a un par de amigos conformamos un grupo de ciudadanos que desde hace años viene bregando para que se brinde un justo y permanente reconocimiento a aquellos compatriotas que participaron en esa Gesta.
Entre las diversas tareas que realizamos para cumplir dicho cometido se encuentran la gestión y construcción del monumento situado en la Plaza Colón de nuestra ciudad; la difusión de notas relacionadas con los hechos y protagonistas del conflicto; la realización de una
Muestra en el Centro Cultural Arturo Illia con motivo de los 20 años de la guerra y la confección de palabras alusivas para ser leídas en los actos del 2 de abril. Esperando sea de su interés y agradeciendo desde ya su atención, los saludo atentamente: José Luis Oreglia
DNI 20.020.376
MALVINAS: MITOS Y VERDADES ¿POR QUÉ?
En reiteradas oportunidades se nos pregunta la causa por la cual, a 27 años de su ocurrencia, insistimos en recordar y resaltar todo lo relacionado con la Gesta de 1982. La respuesta es bastante simple: porque tenemos memoria y porque no queremos que se olvide el sacrificio realizado por muchos argentinos.
En gran parte de nuestra sociedad existe una versión muy aceptada de estos sucesos históricos que argumenta que se trató de la última aventura de una dictadura militar agonizante, decidida por un borracho y que dio por tierra con los “avances diplomáticos” alcanzados
hasta ese momento. Ahora bien, si aceptaramos esta versión como verdadera existen interrogantes que son díficiles de responder: ¿por qué motivo millones de argentinos se entusiasmaron en apoyar la causa, llenando las plazas de todo el país?; ¿fue producto de una
hábil campaña propagandística que de pronto se dejó todo de lado para apoyar a un gobierno a esa altura decididamente impopular? ¿fue un acto de imbecilidad masiva?; si el reultado final del enfrentamiento contra una potencia militar era “cantado” como se ufanan hoy en día la mayoría de la gente que habla del tema ¿porqué se aclamó en la Plaza de Mayo (en la más grande concentración de personas que la historia argentina recuerde) a este dictador cuando manifestó el recordado “si quiren venir que vengan, les presentaremos batalla”?, ¿existe algún antecedente en la historia del colonialismo británico de que se haya resignado una posesión colonial por la vía diplomática, sin tener la presión del poder (económico y/o militar) de su oponente?, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha demostrado a través de su historia la adopción de alguna Resolución contraria al interés de alguno de sus 5 integrantes con derecho a veto (entre los cuales se encuentra Gran Bretaña)? .
Aclaramos a esta altura, por si hiciera falta, que no es nuestra intención internarnos en discusiones políticas ni intentar realizar una defensa de figuras de por si indefendibles, simplemente estamos convencidos que esta versión popular de la guerra arraigada en la
mayoría de los argentinos y repetida hasta el hartazgo por los medios masivos de comunicación es la que ha llevado al olvido y a la permanente crítica de todo lo que guarde relación con ella, vaciando de contenido el sacrificio, la sangre y las vidas que costó el
intento de recuperación de las islas.
Según esta versión “progresista”, tan de moda en nuestros días, los 649 muertos, los miles de heridos, los que pelearon muchas veces con gloria y siempre con honor, ante un enemigo superior en armamento, tecnología y logística y apoyado por la mayor potencia del mundo, lo hicieron inutilmente, el sacrificio no valió nada, cuando en realidad, todos los que participaron no hicieron otra cosa que responder como héroes, con su sangre, a una causa absolutamente
legítima.
Cualquier muerte es triste y dolorosa pero, aunque parezca una frase hecha, morir por la Patria no es igual a morir por cualquier otra causa; morir por la Patria llena a la misma muerte de una dignidad y de un sentido supremos. Por esta tierra se pasa una sola vez y cada uno elije la forma de vivir. Para los que somos creyentes, no es importante cuando morimos, sino porque morimos y sobretodo como hemos vivido. Muchos de los que murieron en combate en la guerra de Malvinas (como se ha visto y se verá en las distintas entregas semanales) lo
hicieron conscientes de que la causa por la que luchaban era más importante que su propia vida y que el dejar solos a sus familiares se justificaba pues morían por las familias de todos los argentinos.
En estos tiempos en que abundan la ambición de poder, el afán de enriquecerse, el vicio, la corrupción y el materialismo extremo, creemos firmemente que el ejemplo de nuestros héroes de Malvinas debe ser hoy una bandera que nos impulse a todos a ser mejores y a merecer
su sacrificio. Por todo esto, desde esta columna queremos mantener vivo el recuerdo de quienes murieron, pero sin lágrimas, con orgullo, con la íntima satisfacción de saber que nuestros héroes fueron dignos de lo que nosotros, su Nación, sus mujeres y sus hijos
esperabamos de ellos.
Si los héroes de nuestra independencia fueron también hombres de carne y hueso, con virtudes y defectos, y el repaso de la historia nos muestra similitudes entre el ejemplo del Sargento Cabral, el granadero Baigorria o el soldado Falucho con los del Sargento Cisnero, el
soldado Carrascul, el Teniente Estevez, el 1er Teniente Vazquez y tantos otros. ¿por qué entonces los establecimientos educativos de todo el país ni siquiera tienen dentro de su programa curricular alguna mención a estos héroes contemporáneos?.¿será que el
heroísmo y el honor son solo cosas del pasado?; pero acaso ¿no vivimos consumiendo películas extranjeras donde se muestran actos de heroísmo, muchas veces fictícios, cuando tenemos entre nosotros a protagonistas reales de una historia verdadera? ¿o acaso tenemos que ver la película “300”, sobre los heroicos espartanos de la antigüedad, para acordarnos de que en Argentina tenemos héroes?
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