Entre mil novecientos sesenta y ocho y mil novecientos setenta y uno fui periodista en una desaparecida revista porteña llamada Rapport. Este empleo me puso en contacto con un grupo de escritores de un movimiento que informalmente se llamaba a sí mismo Baires. Dentro de esa comunidad y durante ese tiempo descubrí un hasta entonces ignorado mundo literario, artístico y poetico. Por aquel entonces, a horas altas de una cierta noche me encontré sentado a  la mesa del comedor de mi casa natal de Baradero, intentando entender el mero gesto de escribir. Sin saber qué o cómo decir  —muy muy verde todavía—, puse una hoja en el tambor de mi máquina de escribir Remington y tecla a tecla, pero de modo febril, compuse el siguiente texto:

Haora con hache ahora con hache ahora bien escrito ahora cómo cambia la visión de una palabra cuando equivocás un dedo y chantás una letra donde no va lo que yo quiero es escribir siguiendo la corriente de mi pensamiento para eso me dijeron que no hay que poner ni puntos ni comas aquí iría una coma por ejemplo me molesta no poder separar las frases como corresponde debe ser jodido si te acostumbrás a escribir así porque después no redactás en tu putísima vida algo que esté medianamente correcto aunque yo personalmente me cago en la corrección y todas esas mierdas que limitan la libertad de expresión como a uno se le cante a Cortázar le parece lo mismo pero contra los puntos y las comas no tengo nada en contra ahora no se me ocurre nada salvo que me duele la espalda y que el concierto que estoy escuchando es macanudo Concierto para cuatro violines y cello del bestia de Antonio  Vivaldi interpretan esos mancos de las cuerdas conocidos como I Musici la goma está quietita sobre la mesa y no se puede mover si yo no la ayudo debe ser jodido ser goma aunque algunos son como la goma no se mueven si alguien no les da un empujoncito ahora se acabó el concierto y tengo que levantarme a poner alguna otra cosa qué podría escuchar tal vez otro poco de Vivaldi no mejor un poco de Hendel o de Bach qué bestia Bach o si no podría ser algo de Albinoni o Locatelli mejor me dejo de camelear porque no tengo tantos discos como para no saber qué poner pero la verdad es que mi discoteca se las trae pongo un disco y vengo a seguir escribiendo pero escribo contándole al papel lo que hago y no es eso lo que me propuse tengo que hacerlo como si no estuviera escribiéndolo sino pensando voy a poner el disco puse dos uno de Bach y uno de Haendel son los dos muy buenos qué estarán haciendo en Buenos Aires Jorge y María Julia y Norita Frávega y Graciela Bonis y Mónika Mangisch  Mónika con ka se llama qué raro y qué hará Martita de los países fríos Piazzalli y que hará Marita y qué harán La Rusa Libedinsky y Analía Aberbug estará viviendo la realidad socialista en Chile qué jodido es preguntarse cosas y no poder poner los signos de interrogación y qué hará Pacha se acordará de las noches que pasamos juntos y no se preguntará por qué no le di pelota nunca más de buenas a primeras que será de la vida de Cachi y del pelotudo de Agustín Botinelli y de Ulises y Horacio que a mí no me caía mal no tan mal al que le caía mal era a Jorge que no lo podía ver no lo tragaba con nada pero él tenía motivos sus motivos no como yo que no había tenido ningún problema jamás Alicia Bugliavaz estaba muy buena pero yo no me había dado cuenta hasta que Jorge y Cachi me lo dijeron y cuando yo me apiolé y les dije que se la levantaran ellos que la habían visto primero y ellos dijeron que no porque les daba lástima decidir quíén sería y yo que no sean boludos y ellos que les daba lástima y al final nos dio lástima a los tres y todos nos quedamos como unos boludos porque se la levantó un tipo que no estudiaba con nosotros y que ni conocíamos y la pobre Cristina que nadie le pasaba bola y eso que era macanuda sólo un poco fulera y por eso nadie le daba bola yo a veces hablaba con ella de literatura y pintura porque nos gustaban los mismos escritores y pintores aunque ella mucho de pintura no sabía la verdad y yo que sabía un poco más le conté un montón de cosas y se puso muy contenta y hasta creo que nos admiraba a Jorge y a mí y creía que los dos éramos capos y realmente en ese ambiente éramos dos capos porque todos eran unos cameleros y nosotros éramos de verdad éramos auténticos o por lo menos más que ellos que estará haciendo Esteban que pese a ser medio cagador me caía bastante bien y ahora me acuerdo de Elsa lo que no es raro porque parte del año lo pasé con ella y hablé con ella de todo hasta por los codos porque ella sí sabe de pintura como yo pero ella además es una artista y realmente siente la pintura como una artista siente la pintura y pinta cosas bastante buenas como ese Cristo-tronco que me regaló o ese amanecer me acuerdo que nos metimos a aquel café del puerto después de mucho caminar por Corrientes veníamos desde la esquina de Florida  pateando pateando hacia el puerto al fin nos sentamos en esa mesa de la ventana y meta café y ginebra charlamos cinco o seis horas sin parar ya entraban los viejos con el diario bajo el brazo bufaba la máquina a vapor salían los platitos de medias lunas y nosotros meta ginebra y café y leíamos poesías y contábamos anécdotas de pintores que uno conocía y el otro no y a veces íbamos a algún cine arte y después discutíamos nuestras impresiones de lo que habíamos visto y siempre era todo enorme y rico y profundo y era todo tan intelectualizado pero yo sé bien que ambos ganábamos porque lo que uno sabía enriquecía el archivo del otro y viceversa yo aprendí un toco con ella y también hacíamos el amor bastante seguido y cada uno después largaba su rollo porque había una comunicación increíble y continua como una noche en la Coupole de Tatave en la cortada Tres Sargentos yo escribía poesías en el mantel mientras Elsa escuchaba a Tatave cantar sus canciones francesas y nos decíamos en Francia y hasta mientras estábamos metidos en la taberna realmente lo creíamos más todavía porque afuera llovía y al salir las calles del centro estaban desiertas y la lluvia brillaba en las vidrieras y en el asfalto y era un lunes o un martes y no hicimos el amor esa noche porque era tardísimo y al otro día había que seguir cada uno con lo suyo cada uno con sus cosas y me acuerdo de una noche en Mar del Plata estábamos en la playa o en el espigón sí era en el espigón y yo le empecé a describir mis ideas acerca del surrealismo y empezamos a explicarnos las sensaciones que las pinturas surrealistas nos provocaban y elsa habló de la Persistencia del tiempo de Dalí y de cómo el tiempo colgaba y se derretía en esa obra y de ahí saltamos al silencio y la inmovilidad de De Chirico y un paso hacia la magia de Magritte y ya nomás estábamos en los fatos raros en el erotismo de Paul Delvaux sobre todo en Los lazos rosa y las estructuras de Ives Tanguy y hablamos tanto tanto tanto tanto que de repente Elsa estaba llorando pero no era de rabia ni de dolor lloraba de emoción y asi lloró por largo rato hablando de la vivencia estética y como esta se pega a la carne y decía que yo era de otra época y yo también lo pensaba y Gabriela y Gastón  nos miraban y Elsa lloraba  y yo reía y la abrazaba y ellos no entendían nada y en la escollera las olas rugían y entonces bajamos un poco y hablamos un cacho de Renoir y de Degas y también de Lautrec porque Gabriela y Gastón preferían a los impresionistas y por ese terreno entonces caminábamos juntos pero había que gritar porque estábamos en la base del faro ahora y el viento y el ruido del mar no nos dejaban oírnos y ya no se podía seguir ni entender nada y todo eso era en Mar del Plata adonde ahora está Bella con mi Rolex se lo presté anteayer o un día antes porque quería llevárselo a Mar del Plata y después me fui a Buenos Aires y volví hoy a la mañana y Pupi me contó que Bella se fue ayer con la prima y no sé quién más y no quiero hablar de Bella porque por ahí eso me hace mal y no sigo escribiendo y este chorizo tengo que seguirlo hasta el fin hoy a la noche fui a lo de Vega y n o pasaba nada es increíble que no pasa en Baradero en el medio del verano estuve con Hugo y con Polito y con Teófilo que son tipos geniales pero no pasa nada porque estamos sentados al pedo meta café y whisky y puchos hablando al pedo horas y horas sin darnos cuenta y así se nos va la noche la semana el verano meta política fútbol carreras de turismo de carretera y de turismo mejorado cuánto tomamos en Baradero whisky whisky meta whisky todo el tiempo litros de whisky y nubes de humo mucha ginebra pibe algunos de los que se emborrachan quieren pelear o hablan cosas de mamados y yo a veces me encuentro mirando medio como desde lejos porque mientras tomo ese whisky también me acuerdo de otros whiskeys en Buenos Aires y es raro porque extraño a Buenos Aires en Baradero y extraño a Baradero en Buenos Aires son tan distintas las noches allá y acá pero allá también me embolo a veces pero es un embole distinto en Buenos Aires pienso en el Regatas tirarme al sol y dormirme estar sin hacer nada ni pensar en nada pero después de una semana acostado bajo los sauces empiezo a pensar en el Politeama y a extrañar las funciones de medianoche del cine Lorraine e ir a escuchar jazz en el subsuelo de la calle Florida y me parece oír el saxo de Bernardo Baraj que lo sopla como nadie pero Ricardo Lew toca la guitarra tanto como Bernardo el saxo y ahora me acuerdo de la voz de Carlitos Mellino que es sobrenatural pero el muy boludo es un asqueroso de mierda pero canta como los dioses se acabaron todos los discos así que tengo que poner otros o doy vuelta los mismos que es más rápido Los solistas de Zagreb me acuerdo cuando fui con Bella al Colón a ver a los solistas ese día conocí a Marta Audino la hermana de Jorge Audino que es una mina piolísima y que pronto se va a casar con su novio por supuesto que además de todo es organista y un día fui a la iglesia metodista de la calle Corrientes y Maipú a escucharlo tocar la toccata y fuga en re menor de Bach en el órgano de la iglesia y me tuve que ir rápido porque tenía que hacer no me acuerdo qué cosa creo que ir al recital de Alma y Vida al que acabé yendo con Jorge y allá nos encontramos con Beba y Esteban y también estaba la mamá de Esteban que no se pierde ni un recital la vieja y también estaba Freddy que grabó el recital y al día siguiente nos juntamos todos en lo de Esteban para oír la grabación y Carlitos decía que había cantado como el culo que estaba afónico y yo le decía que no que había cantado como los dioses pero el muy asqueroso repelente no se convencía y seguía insistiendo con la ronquera pero mientras decía todo eso seguía fumando Carlitos no larga jamás el pucho siempre con un pucho en la mano yo lo he visto escribir música en una partitura sentado al piano eléctrico mientras cantaba y tarareaba lo que estaba escribiendo pero con el pucho humeándole en los labios haciéndole lagrimear los ojos siempre está mateando o fumando en su cuarto que es donde pasa todo el tiempo cuando está en la casa y la casa esa es un quilombo porque se escribe con q no con k es un quilombo porque Freddy toca el piano elécrico o la guitarra y yo Esteban y Ana escribimos a máquina a toda velocidad y  Bernardo meta saxo y Beba grita y le arma escándalos para que Ricardo la atienda pero Ricardo dele puntear en su Gibson acústica y Ricardo le hace chistes y le cuenta cuentos eso si no hay visitas porque a toda hora caen visitas minitas que se encierran con Esteban en su habitación y después de un rato salen con el cabello en total desorden y encaran para la salida o entonces se sientan a fumar y matear y chupar con nosotros y algunas cantan algún rock conocido La Bonis un día se mandó una versión de La balsa que nos volvió a todos locos locos locos acá siempre se habla de tango y de poesía y Esteban de teatro todo el tiempo pero capaz que de lo que más se habla es de jazz como esa noche después de ver a Sarah Vaugham en el Grand Rex que armamos tal despelote porque todos querían hacer la nota para Rapport pero Jorge acabó escribiéndola y usamos una de las fotos que yo había sacado la que quedó mejor  pero todas salieron medio como la mierda porque usé un rollo de 160 asa solamente y para qué acordarme del día cuando con Jorge fuimos a entrevistar a Ray Charles y antes de ir a su camarín durante el espectáculo cuando cantó Yesterday yo estaba justo sobre el escenario haciéndole fotos desde el costado del piano y cuando empezó a cantar yesterday a mí casi se me cayó la Nikon no saqué ninguna otra foto mientras Ray Charles cantaba Yesterday casi al lado mío moviendo la cabeza como un péndulo casi tocando mi lente como el pelo pero yo nada de fotografiar porque estaba paralizado por su voz por su piano y por los metales de la orquesta que soplaban con todo mientras Ray Charles decía all my troubles seemed so far away casi igual a lo que pasó cuando con Esteban y Jorge fuimos a oír a Lalo Schiffrin y tocó el Blues para Johan Sebastian yo como de costumbre con mi Nikon sobre el escenario y no me aguanté y le grité casi en la oreja  bien Lalo y Lalo que tenía una cara de falopeado impresionante levantó los ojos y me miró bien serio mientras seguía tocando ese raro piano que sonaba como un clavicordio y dale yo meta charla hablando de los monstruos del jazz que conocí y ahora con hache aora sin hache haora con la hache mal puesta ahora me doy cuenta de que hablo de todo eso y me olvido de cuando el jazz era cosa de casa porque vivía entonces en Los Aleros en Amenabar y Olaguer en Belgrano y ahí en nuestro living o en el comedor casi siempre acababan cayendo los de Opus 4 o los pibes del Buenos Aires Jazz Quartet y se amaban unas zapadas enormes hasta que el boludo de Carlos Nannei o Teddy Barea bajaban de la biblioteca y echaban a todo el mundo a la mierda porque era ya casi madrugada y nadie conseguía dormir o la noche en que el pianista de la Antigua Jazz Band vomitó sobre el teclado del piano de Los Aleros la cagada que se armó fue tremenda y no hubo más música por un mes o capaz que por más tiempo todavía tengo un poco de sueño pero acabo de acabar otra carilla vamos a ver qué pasa son casi las dos y media de la mañana pero por ahí puedo seguirla todavía otra carilla más voy a tener que numerarlas me duele la espalda cuando uno mira hacia atrás pareciera que la vida está siempre llena de cosas pero a cada momento presente parece que no pasa nada que es todo un tremendo vacío quién sabe qué sucederá más adelante qué estaré haciendo y dónde lo estaré haciendo dentro de diez veinte treinta cuarenta años no tengo la menor idea pero ahora todo es pasado y en este preciso instante minga de pintura y minga de escultura y minga de poesía y minga de literatura y minga de rock música clásica o jazz minga de todo minga de Politeama minga de teatro minga minga de Corrientes minga de charlas minga de Graciela Bonis y de Norita Frávega y para que seguir la lista si son tan sólo un recuerdo me tuve que cortar la barba y el pelo soy marinero pasé por delante de la mesa de la Rusa en La Paz y le pedí que corriera su silla para que yo pudiera pasar y ella que se ha cansado de estar abarazada de verdad conmigo en las camas del Stanford y del Arcobaleno corrió la silla y me dio paso sin reconocerme claro yo vestido de marinero con el uniforme naval de verano no podría ella jamás imaginar que ese marinerito era el Mono hippie a quién se había abrazado con brazos y piernas en tantas noches porteñas me encontré otro día con el Barba Vallejos en el teatro Payró y él estaba en el entretecho de iluminación y yo fui y me le planté adelante y le decía Barba Barba no me conoces soy yo yo yo Hugo y el Barba me miraba como en una especie de pánico como si mi voz hubiera invadido el cuerpo al marinero y ahora le estuviese hablando al Barba a lo ventrílocuo por medio del cuerpo de ese muñeco marinero que era yo pero igual él no me conocía me oía y no se podía convencer de que ese tipo fuera yo es decir yo Hugo yo yo yo qué desgracia hermano cómo cambia todo en tan poco tiempo y ahora con hache aora sin hache haora con hache mal escrita ahora carajo no tengo pelo ni barba ni Buenos Aires ni minas ni Bella ni mi grupo de amigos y por delante um barco meu coracão dos años a bordo en la Armada Argentina con el almirante don Pedro Gnavi de la junta de comandantes a la cabeza y nosotros los del pelotón y la puta madre que los parió veintidós años todo tan triste y puros recuerdos como un viejo che carajo

Baradero, madrugada del viernes 22 de enero de 1971

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