Martín Fabio, más conocido como «El Mono», llegó a Baradero para participar del festival de rock de la ciudad y lo primero que hizo es ir a ver a Lo’ Pibitos, una de las bandas emergentes que está tocando en vivo en el escenario Spotify. Terminado el show, El Mono pasó por la sección de prensa junto a su hijo Tobías y saludó a todos con una sonrisa. Siguió rumbo a los camarines, pero tardó unos minutos en llegar. En el camino se frenó unas cuantas veces para abrazarse con colegas, organizadores, conocidos y todo aquél con quien se cruzó.
Entre saludo y saludo, fumó un pucho y sonrió. Pidió un vaso a una asistente. ¿Cerveza? No, jugo de manzana. El cigarrillo es el vicio que mantiene luego de dejar de tomar alcohol: «Hace 22 años, 8 meses y 26 días. Me cambió la vida por completo, tengo una vida nueva».
Ahora faltan unos minutos para que comience su show. Se saca fotos de sus tatuajes, se divierte con periodistas grabando videos sobre gustos personales y se acomoda para charlar con LA NACION, mientras relata entre los presentes el fanatismo que tienen con su hijo por Los Tabaleros, una banda de folclore surrealista y desfachatado de Almagro.
-¿Qué es Kapanga para vos hoy?
-Kapanga es todo. Es mi familia.. Es el vigésimo tercer verano que empezamos a transitar juntos. Es como un matrimonio de muchas personas. A mí me duró más la banda que mi matrimonio. La clave es la honestidad, que nos podamos seguir mirando a los ojos compartiendo un micro de gira, una cena como si fuese la primera vez.
-Viniste a cantar con tu hijo, ¿qué significa para vos tocar con Tobías?
-Es un sueño cumplido, tocar con un hijo no lo hubiese imaginado nunca. Lo soñé, nunca me lo imaginaba y lo disfruto mucho.
-También se dedica a la música, ¿qué consejos le das?
-Tiene 16 años, se va a golpear las veces que se tenga que golpear y después elegirá. Por ahora va bien encaminado, capaz la experiencia que yo le transmití y mi vivencia lo ayude. Desde chico lo fui tratando de llevar para el camino de que se cuide. No digo que lo canonicen y lo hagan santo, pero todo a su medida y hablemos dentro de un par de años. Todavía es adolescente.
-¿Cómo ves la industria del rock? Ustedes estuvieron en varias discográficas y hoy son independientes.
-De nuestro lado independiente lo vemos distinto. No sé si estamos tan empapados de dónde esta la industria o cómo se mueve. Tratamos de hacer lo que tenemos en mente, somos nosotros los dueños del reloj, decidimos nosotros y a veces es bueno. Después de tantos años, llegar a esto de manejarnos solos es un triunfo, que no dice que el día de mañana venga una propuesta y no la veamos. Somos de los pocos casos de la industria que no se pelearon nunca con una discográfica.
-¿Cómo ves a las bandas emergentes? ¿Cuál te llamó la atención?
-Ya no sé si decir bandas nuevas. Lo’ Pibitos, El Kuelgue, Bestia Bebé y Los Caligaris son muy buenas bandas. Está Louta, que es todo muy loco, no descubro nada diciendo esto pero es sorprendente. También hoy es la primera vez que veo a Lo’ Pibitos y me encantó. Hay futuro.
-¿Cuáles son los planes de la banda para este año?
– La idea es meter más shows en el verano, ver qué hacemos con Spectáculum (un show teatral), si lo editamos y lo hacemos DVD y también queremos producir canciones nuevas. No tenemos apuro, no nos corre nadie, ya pasamos el vértigo de los primeros años y sobrevivimos. Estamos pisando los 50 y sentimos que podemos y nos sigue dando el cuero para hacer los kilómetros que hacemos al año.
Por: Tomás Marcó del Pont
Fotos: Crédito: Andrés Carrizosa
Publicado por La Nación
Comentarios de Facebook