Las autoridades de la Iglesia argentina dijeron que “los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres”. Las organizaciones de homosexuales mandaron a los curas a mirar documentales de Animal Planet y Discovery.
Los jefes de la Iglesia local consideran que el casamiento entre personas del mismo sexo “sería una discriminación injusta contra el matrimonio”.
Mientras los diputados nacionales prometen discutir el tema la semana próxima, la Iglesia volvió a explicitar su rechazo a la adopción en las parejas homosexuales. “Los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres, a nacer y crecer en el ámbito natural del matrimonio”, alegó el Episcopado. “En la vida familiar y en la relación con su padre y su madre –justificó la institución que preside Jorge Bergoglio– los niños descubren su propia identidad y alcanzan la autonomía personal”. Como era de esperarse, la negativa se extendió a la misma unión gay: el matrimonio “no es una unión cualquiera entre personas” y hace a “la base de la familia y de la sociedad”. Los obispos opinaron que, por eso, “sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de derecho público”.
Las declaraciones eclesiales se originaron en la 99ª Asamblea Plenaria celebrada en Pilar, donde la Comunidad Homosexual Argentina esperaba que se tratara una agenda diferente: “Lo que está reconociendo el papa Ratzinger, o sea pidiendo disculpas (y recibiendo en el Vaticano) a los/as menores que fueron víctimas de abuso por parte de sus sacerdotes”, recordó César Cigliutti, presidente de la organización. Para la CHA, los argumentos esgrimidos por la Iglesia para restarle validez a la unión homosexual apelan “a una biología que cualquier programa de Discovery Chanel o Animal Planet rebate con respecto a la riqueza y diversidad sexual que existe en la naturaleza, y también en las personas”.
La CHA reclamó que los legisladores garanticen un Estado para defender los derechos de toda la ciudadanía. En los próximos días, los diputados tendrán oportunidad de ratificar ese compromiso cuando traten la modificación de la ley de Matrimonio, propuesta a raíz de sendos proyectos de Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social) y Silvia Augsburger (Partido Socialista). En el Congreso confían en que –pasado el debate sobre los DNU– el tema pueda tratarse ahora, cuando “tiene el dictamen conjunto de las comisiones de Familia y Legislación General y el apoyo del bloque oficialista”, según explicaron a este diario en el despacho de Ibarra. Respecto al rechazo de la iglesia, las mismas fuentes dijeron que “el dictamen salió pese a su oposición. Hoy, incluso, recibió el apoyo del rabino (Daniel) Goldman”, de la comunidad Bet-El. La iniciativa también fue respaldada por Vilma Ripoll, del MST, para quien “hay que avanzar en la legislación, en la Ciudad para regular el aborto no punible y a nivel nacional con la despenalización”.
Hasta que el Parlamento no debata el tema –según recordó Cigliutti– el derecho al matrimonio gay en la Argentina sigue estando judicializado, lo que pone a los homosexuales argentinos “como rehenes de las decisiones de jueces y juezas que con argumentos que apelan burdamente a dogmas religiosos o a un mentiroso orden natural”. Pedro Paradiso Sottile, coordinador del Área Jurídica de la CHA, fue más duro: “Bergoglio tiene nostalgia del sistema donde unos pocos decidían de manera autoritaria quiénes ejercían la ciudadanía y quiénes no”. Los obispos, en cambio, prefirieron apelar a la conciencia de los legisladores “para que tengan en cuenta sus verdades, para el bien de la Patria y de sus futuras generaciones”.
Hackers contra el Episcopado
La Agencia Informativa Católica Argentina denunció que su página de internet sufrió en la noche del martes “un ataque informático por el cual durante un período de tiempo en la portada apareció una información en tono burlón y crítico al catolicismo”. El mensaje se publicó en lugar de la noticia sobre la posición de la Conferencia Episcopal respecto al “mal llamado ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo”, según la descripción de la agencia católica. Además de repudiar la acción de los hackers, AICA la enmarcó en “la campaña de desprestigio contra la Iglesia y contra quienes profesan la fe católica y defienden el Evangelio”.
Fuente: Critica digital
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