Maximiliano Leuenberger es un joven de Baradero, reconocido por su actividad deportiva vinculada al motociclismo, destacándose en las mas importante categorías del Motocross.
Pero Maxi además es otra de las personas de Baradero, que trabaja por la conservación del medio ambiente y nuestra fauna.
Amigo desde la infancia de Nicolás Davio, el Daktari baraderense de los elefantes, Maximiliano empezó a sentir la necesidad de trabajar en alguna actividad vinculada a alguna de las tantas especies de animales en vía de extinción, colaboró monetariamente con Greenpeace y a principios de este año se decidió y viajó como voluntario a Misiones para participar del «Proyecto Yaguareté».
«Yo colaboraba económicamente como podía con distintas agrupaciones ambientalistas pero cuando conocí el Proyecto Yaguareté sentí la necesidad de estar en el Parque Nacional Iguazú y como estaban necesitando gente que maneje las 4×4 fui.
Estuve allí del 30 de enero al 10 de febrero, mi labor fue formar parte del equipo de la campaña de capturas, esto significa recorrer la selva y en determinados lugares que los especialistas biólogos, porque son todos profesionales, colocan una cámaras trampas y hay que hacer el recorrido, retirar las tarjetas de memoria revisarlas con la Notebook y volverlas a poner.
la función del proyecto es evitar la extinción de la especie. En Argentina, quedan 50 en el norte de misiones y 250 en todo el país. El mayor depredador como siempre es el hombre.
El Yaguareté es el tercer felino en tamaño del mundo, está el tigre, el león y el yaguareté que es autóctono de América. Tiene la particularidad de que sus manchas son como la huella digital de nosotros, no se repiten, por lo tanto se los puede identificar, además una de las tareas del proyecto es colocarles collares localizadores para estudiar su hábitat. Justamente como contaba, el mayor depredador es el hombre, una vez se registró el sensor del collar que estuvo tres días en un lugar fijo y cuando fueron estaba solo el collar, al yaguareté lo habían cazado para guardarse la piel.
Yo vengo de familia de cazadores deportivos, pero después de esto lo dejas de hacer.
La ruta por la cual vamos todos a Misiones en una parte esta señalizada porque es un sector de paso de los Yaguareté, hay carteles y lomos de burro para que la gente pase despacio, pero nadie toma conciencia, hace poco un micro de larga distancia atropelló uno.
He visto Pumas en el Parque pero no Yaguareté, el próximo viaje lo haremos con Nico (Davio), el seguramente con su experiencia podrá aportar mucho al proyecto y tiene ganar de participar».
Este es parte del relato que nos hacia Maxi, el campeón de Motocross y defensor del Yaguareté, otro ejemplo de tanta buena gente que es parte de nuestra comunidad».
Finalizó la primera campaña de capturas del 2014
Entre 30 de enero al 10 de febrero de este año llevamos adelante la primer campaña de captura de yaguaretés y pumas del 2014. La intención de la misma fue capturar individuos de ambas especies para colocarles collares satelitales. Para ello instalamos trampas de captura en caminos internos de Parque Nacional Iguazú, las cuales estuvieron activas durante todas las noches.
Los collares nos permiten el seguimiento de los animales por la selva, enviándonos información de su localización vía satélite. Esto permite conocer mejor la ecología de la especie y nos ayuda a poder proponer medidas efectivas para su conservación.
Lamentablemente en estos primeros diez días de campaña no tuvimos éxito con las capturas, pero retomaremos los intentos a principios de marzo.
En esta campaña, además del equipo de profesionales y técnicos del Proyecto Yaguareté de siempre, contamos con la valiosa ayuda de nuestros tres nuevos voluntarios: Claudia Cantón, Silvia Benito y Maximilano Leuenberger, quienes aún están ayudando en otras tareas del Proyecto. Agradecemos al CIES de la APN por el alojamiento para nuestros voluntarios y a FVSA por el financiamiento de la campaña. Compartimos con ustedes algunas fotos del trabajo de campo y los animales que se acercaron a las trampas.
Proyecto Yaguareté Misiones y del Proyecto Yaguareté y Puma de Chaco
Tarea que lleva a cabo el grupo de trabajo del Instituto de Biología Subtropical (IBS – nodo Iguazú) UNaM-CONICET y desde el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) en Puerto Iguazú.
Desde hace más de 10 años, desde ambos proyectos se están llevando adelante acciones de investigación y conservación del yaguareté en dos de las tres regiones donde se distribuye la especie en Argentina: el Bosque Atlántico de Misiones y el Bosque Chaqueño semiárido de Formosa, Chaco y Santiago del Estero.
El Yaguareté
“…En la otra celda había un jaguar; en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un secreto favor.
Dediqué largos años a aprender el orden y la configuración de las manchas. Cada ciega jornada me concedía un instante de luz, y así pude fijar en la mente las negras formas que tachaban el pelaje amarillo. Algunas incluían puntos; otras formaban rayas transversales en la cara interior de las piernas; otras, anulares, se repetían. Acaso eran un mismo sonido o una misma palabra. Muchas tenían bordes rojos…”
-La Escritura del Dios – Jorge Luis Borges
El yaguareté, tigre americano o jaguar (Panthera onca), es parte del grupo de felinos más grandes de la tierra que se agrupan en el género Panthera e incluye al león, al tigre, al leopardo y al leopardo de las nieves. Es el felino viviente más grande del Continente Americano, y es el depredador más grande que habitaba en la mayor parte del continente, con excepción de los extremos norte y sur, en donde osos, lobos y pumas tomaban ese rol en los ecosistemas más fríos del norte, y sólo los pumas lo hacían en el sur.
El yaguareté se distribuía desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia Argentina, a lo largo de casi todos los ambientes con excepción de las regiones extremadamente áridas o de mayores altitudes.
Como depredador tope de los ecosistemas donde habita, el yaguareté cumple un rol ecológico fundamental regulando las poblaciones de otros vertebrados, especialmente de los grandes herbívoros. Su imponente figura, su fuerza y su temple lo han convertido en una especie de alto valor cultural para la mayor parte de los pueblos que habitaron y habitan el continente, encontrándose reflejado tanto en antiguas representaciones artísticas de los nativos americanos como en los nombres de ciudades, y en lo mejor de nuestra literatura, como los cuentos de Jorge Luis Borges.
El Yaguareté en el continente Americano
Como ha ocurrido con todos los grandes depredadores en el planeta, el hombre ha perseguido fuertemente a estos animales por temor, porque son considerados valiosos trofeos de caza y además porque suelen presentarse conflictos por la depredación del ganado doméstico. Esta situación, en conjunto con la modificación y transformación de los ambientes naturales que se suma a la competencia por las mismas presas por parte de los cazadores humanos (en general los grandes felinos gustan de las mismas presas que los humanos), fueron llevando a los grandes depredadores, y al yaguareté en particular, a una fuerte retracción en su distribución. Por ello, hoy ya no es tan sencillo encontrar al yaguareté a lo largo del continente: prácticamente ha desaparecido de sus extremos norte y sur de distribución, como también en la mayor parte de las áreas densamente pobladas del continente, y muchas de sus poblaciones se encuentran seriamente amenazadas.
Hoy en día los jaguares ocupan menos del 50% de su distribución original, y en Argentina este proceso de retracción fue el más extremo, en donde en los últimos 200 años el yaguareté quedó recluido sólo a un 5% de la superficie que ocupaba en nuestro país, distribuido hoy en día en tres pequeñas regiones: en las selvas de montaña o Yungas en el Noroeste, en el Chaco semiárido, y en la Selva Paranaense (o Bosque Atlántico) en la Provincia de Misiones en el noreste. Como las amenazas sobre la especie no han desaparecido, las poblaciones de yaguareté que se encuentran en Argentina están Críticamente Amenazadas de extinción y se estima que menos de 200 jaguares adultos sobreviven en nuestro país.
El yaguareté en la Selva Paranaense
Hace unos 15 años atrás sabíamos muy poco sobre lo que realmente estaba pasando con los últimos jaguares de Argentina, y lo que sabíamos se lo debíamos mayormente a apasionados naturalistas que ya alertaban sobre la difícil situación que vivía la especie.
Guacurarí en el PN Iguazú (Foto Lia Montti)Fue hace unos 15-20 años atrás que unos pocos pioneros se lanzaron hacia la búsqueda de información sobre el yaguareté en Argentina y sus problemáticas de conservación. Así fue como biólogos como Pablo Perovic en el NOA y Karina Schiaffino en el NEA, comienzan a recopilar los primeros datos puntuales sobre el yaguareté y su problemática.
En una reunión mundial de expertos desarrollada en México en 1999, estos expertos argentinos junto a profesionales de todo el mundo determinan que en nuestro país existían al menos tres Unidades de Conservación de Jaguares (JCU por su sigla en inglés): áreas prioritarias para la conservación de la especie a nivel mundial. Una de estas áreas JCU coincidía con lo que llamamos el Corredor Verde de Misiones que engloba la mayor parte del área central y norte de Misiones y áreas protegidas brasileñas que se encuentran conectadas a un corredor de 1 millón de hectáreas de Selva Paranaense.
El proyecto Yaguareté busca asegurar la conservación de una población viable, a largo plazo de yaguareté y de las especies con las que él convive en la Selva Paranaense. guacurari perfil Militello
El yaguareté, jaguar o tigre americano, es el mayor felino del continente. Los jaguares que sobreviven en la Selva Paranaense constituyen la población más austral de esta especie que históricamente habitaba hasta muchos kilómetros más al sur, incluyendo parte de la Patagonia – Argentina. Hoy en día, la mayoría de las poblaciones de yaguareté están seriamente amenazadas y en el sur de Sudamérica sólo quedan unas pocas poblaciones que necesitan de medidas urgentes de conservación.
Nuestros esfuerzos se centran en generar información sobre la situación del yaguareté, el estado de su hábitat y entender sus amenazas, para implementar medidas de conservación efectivas para conservarlo.
La importancia de conservar al yaguareté
La importancia de conservar al yaguareté se puede justificar desde diferentes aspectos éticos, culturales y ecológicos. Desde el punto de vista ecológico es una especie prioritaria ya que cumple varios roles:
Es una especie “paraguas” cuyos altos requerimientos de hábitat aseguran que si conservamos esta especie estaremos protegiendo muchas otras con menores demandas.
Es una especie “indicadora”, ya que su presencia en la selva es signo de que la selva aún contiene otra importante diversidad de especies que el yaguareté necesita para sobrevivir.
Es una especie “clave”, ya que como gran carnívoro tiene un rol fundamental como regulador de las cadenas alimenticias de la selva.
Además, es claro su valor como especie “emblemática o bandera”, que puede ser empleada como protagonista en programas de educación ambiental, siendo efectiva para atraer la atención del público en general y patrocinadores de programas de conservación.
Se estimaba que había 500, pero solo hay 60
Hasta hace pocos años se creía que la población chaqueña de jaguares era la más grande de Argentina, luego de nuestros estudios hemos descubierto que la población de jaguares chaqueñas es la más amenaza del país. Cuando iniciamos nuestro trabajo en Misiones poco se sabía del yaguareté en la región, pero se pensaba que habitaban unos 500 animales. Nuestro trabajo permitió conocer que en realidad contamos con menos de 60 yaguaretés en esta zona, mostrando la urgencia de tomar medidas que la protejan.
Proyecto Yaguareté
Twitter: @proyaguarete
Facebook: https://www.facebook.com/proyaguarete
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