En el marco del acto homenaje por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que se llevó a cabo en el Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos en el predio de la ex ESMA, distintas organizaciones juveniles plantaron mil flores bajo la consigna “No me olvides”. Participaron funcionarios públicos, dirigentes sociales, organizaciones políticas, familiares de detenidos-desaparecidos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Al hacer uso de la palabra durante la ceremonia, la subsecretaria de Promoción de Derechos Humanos de la Nación, Marita Perceval, expresó: “Con el abrazo que el Secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, me pidió que les diera a todos los jóvenes y las jóvenes, vale decir que a 35 años del Golpe cívico-militar recordamos con alegría a nuestros 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos porque la Argentina ha dejado atrás la impunidad, la injusticia y la exclusión”.
Perceval sostuvo: “Los jóvenes del Mayo Francés, en esa plaza de la rebeldía, decían ´podrán cortar mil flores, pero no detener la primavera´. Gracias a la lucha inclaudicable de Madres, Abuelas, HIJOS, de Familiares, hoy con un proyecto nacional que recupera la libertad de decidir qué queremos ser –y queremos ser una Argentina con dignidad, igualdad y justicia social-, les decimos a aquellos jóvenes del Mayo Francés y a nuestros 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos ´Nunca Más´ pero también, como dicen los jóvenes, ´Nunca Menos´. Hoy ni siquiera podrán cortar 1.000 flores, porque aquí nunca más se cortará ninguna flor porque la primavera de la dignidad, de la mano de Néstor y Cristina, ha llegado para quedarse en nuestra Patria”.
La elección del nombre “no me olvides” responde a la simbología de la utilización de la flor por los militantes durante las resistencias a las dictaduras militares.
Luego del acto, se plantaron 1.000 flores en diferentes lugares del predio y se dejaron mensajes en cada una de las flores plantadas. “Plantamos 1.000 flores, florece nuestra historia”, fue la frase que acompañó a los jóvenes presentes.
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