
Cumplió un mes de la partida del querido sacerdote de nuestra ciudad, el Padre Arturo Terenzi.
Con palabras muy sentidas el Padre Lucas recordaba en esta misa, a quien fuese su compañero en los últimos años:
«Nunca vi en el Padre Arturo tener una critica despiadada hacia el otro, por lo contrario, siempre estaba rezando por aquellos que no hacían las cosas tan bien, siempre fue muy agradecido con todos aquellos que hicieron posible su permanencia en la casa parroquial.
A continuación , dejamos una reseña- vida y obra- de este hombre de Dios, reflejada en el diario La Opinión line, de Pergamino, ciudad donde se desempeñara durante muchos años en la Parroquia Nuestra Señora de Luján de Pergamino, el día de su partida :
«Un hombre de DiosArturo Miguel Terenzi nació en la ciudad de Baradero el 29 de septiembre de 1929, ciudad que en ese momento pertenecía a la Diócesis de San Nicolás. Sus padres, Nazareno Terenzi y Juana Rossi, tuvieron seis hijos, siendo Arturo el menor. Su familia tenía una propiedad rural, y por eso Arturo asistía a la escuela a caballo. Siendo niño, llevó a una misión de sacerdotes a Baradero a cargo de los padres redentoristas. Recibió un impacto muy grande e ingresó en su corazón el deseo de ser sacerdote. Comenzó a leer publicaciones religiosas y realizó los trámites para el ingreso al seminario.
Su padre no estaba muy de acuerdo, porque quería que su hijo se dedicara al campo, pero finalmente aceptó. Ingresó al seminario menor de La Plata, similar a un colegio secundario, y allí quedó para cursar el seminario mayor, del cual egresó en 1955. Al fundarse la diócesis de San Nicolás, con la llegada del primer Obispo, monseñor Silvino Martínez le administró la ordenación sacerdotal, y de este modo pasó a ser el primer sacerdote ordenado el 02 de octubre de 1956 de la nueva Diócesis de San Nicolás, de lo cual el padre Arturo siempre se sintió muy orgulloso.
Fue destinado como párroco en la ciudad de Baradero.
Vida pastoral
Fue secretario privado del Obispo que lo ordenó, estuvo dos años destinado como vicario parroquial en San Pedro, siendo párroco el padre Arturo Celeste. Se desempeñó luego un tiempo en Baradero, hasta que lo destinaron al pueblo de Acevedo, partido de Pergamino donde se sintió realmente en su hábitat, por estar en un ámbito plenamente rural.
Luego fue el primer párroco de la parroquia Nuestra Señora del Luján de Baradero.
Al crearse la diócesis de Zarate-Campana, su pueblo natal, Baradero, pasó a depender de la nueva diócesis. Con permiso del Obispo de San Nicolás, atendió durante varios años, la Iglesia Santiago Apóstol de esa ciudad, tras lo cual estuvo otros 13 años en Nuestra Señora de Luján de Pergamino. Allí celebró los 50 años de vida sacerdotal.
Sus consejos
Tenía un triple consejo para los sacerdotes jóvenes, que impartía a los seminaristas que asistían los fines de semana a su parroquia: Que sean humildes; que sepan aceptar la cruz; que entreguen toda la vida, sin reservarse nada, haciéndolo todo por Cristo y La Virgen.
Su fallecimiento
Sus días en este mundo terminaron el 14 de febrero a la edad de 93 años. El padre Arturo Terenzi fue un hombre de Dios, que regaló a Pergamino casi tres décadas de su vida. Que Dios le conceda la vida eterna y que «brille para él la luz que no tiene fin».»

laopinionpergamino
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