Por Claudio Jorge Carrizo
“¡Nos están afanando la ficción!, está en la Casa Rosada la ficción”, exclamó el reconocido actor y dramaturgo Norman Briski, despertando la ovación de los presentes en la ceremonia de los premios Martín Fierro de Cine.
Pero Briski, distinguido por su trayectoria, tenía algo más para decir: “Gaza, Gaza, Gaza, Gaza, jamás será vencido. No me importa que me aplaudan mucho o poco, pero siento aquí en mi sangre, en mis ancestros, la defensa de un pueblo, de un pueblo que está siendo asesinado”.
El actor expresaba así su solidaridad con el pueblo palestino frente al genocidio israelí en Medio Oriente.
Su breve discurso no solo fue aplaudido por gran parte del auditorio, integrado por artistas, directores y productores cinematográficos, sino que recogió numerosas adhesiones de quienes saben lo que significa el atroz genocidio con decenas de miles de asesinados en Palestina y Líbano.
Linchamiento
A partir de ese momento se puso en marcha una brutal campaña de linchamiento de Briski, a través de los habituales trols libertarios de las redes y de las expresiones injuriosas y mentirosas de los voceros mediáticos e institucionales del sionismo en Argentina, acusando, paradójicamente, al semita Norman Briski de “antisemita” y otras barbaridades por el estilo.
Estas campañas repetidas y cuidadosamente orquestadas, tienen el objetivo de censurar voces de protesta ante tanto horror que ocurre en Medio Oriente.
Por eso hay que repudiar los ataques maliciosos y las amenazas de aquellos que se regodean no solo en querer acallar la verdad, sino que ensalzan -incluso desde el Gobierno- la violencia en un grado de perversidad pocas veces vista desde la época del nazismo alemán, cuando avalan el genocidio contra el pueblo palestino.
En ese marco, no llamó la atención el pronunciamiento de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), vocera política de la comunidad judía.
“Gaza libre, sí, pero libre de Hamás”, lanzó, y dijo que las expresiones de Briski “no hacen más que alentar el odio judeofóbico y menoscabar la democracia”.
Periodistas de origen judío como Jonatan Viale, Samuel ‘Chiche’ Gelblung, Romina Manguel y Miguel Wiñazki, hicieron fila para castigar a Briski, incluso con gruesos insultos.
Pero la campaña de injurias del sionismo contra Briski incluyó una insólita denuncia penal en los tribunales federales de Comodoro Py.
La denuncia fue presentada por el abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten y por sorteo recayó en el juzgado federal 2, a cargo de Sebastián Ramos, y de la fiscalía de Eduardo Taiano. La denuncia es por presunto delito de instigación al terrorismo, que tiene una pena de dos a seis años de prisión.
Compromiso
Hay que remarcar que a lo largo de toda su carrera artística, Briski siempre ha respaldado todas las manifestaciones populares, enfrentando al fascismo, al racismo y todas las expresiones autoritarias que de allí se derivan.
Actor, director y dramaturgo, Naum Briski, tal su nombre original, tiene 86 años y una vasta trayectoria en teatro, cine y televisión.
Y es un militante político. “Antes que nada, soy socialista”, se define ideológicamente.
En 1975 fue amenazado de muerte por la organización terrorista de derecha “Triple A” y tuvo que marchar al exilio. Estuvo en Estados Unidos, México, Francia y España. Diez años después pudo regresar a la Argentina.
Hoy, ratifica todos y cada uno de sus dichos sobre Gaza en los Martín Fierro de Cine, el lunes pasado.
“Yo soy una consecuencia del terrorismo. Yo estuve diez años afuera del país por el terrorismo de estado”, expresó cuando fue consultado sobre si apoyaba el accionar de Hamás.
“El terrorismo es el del estado sionista”, cerró Briski.-
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