Pablo Romero nos sorprende desde siempre. Alguna vez fueron sus esculturas en tiza, más tarde en mina de lápiz y últimamente, sus bruñidores que, confeccionados con puntas de piedras semipreciosas de nuestra Patagonia, se han constituido en una herramienta necesaria e insustituible para el acabado de las artesanías realizadas en cerámica por artistas de todo el orbe.
El trabajo de Pablo es sumamente artesanal, lleva su tiempo y su producción es menor a la que sería necesaria, no obstante, y un tanto también por ello, sus contactos se extienden por todo el mundo.
Pablo vive en un barrio de nuestra ciudad y hace poco tiempo tuvo una idea: revestir una pared medianera de su vivienda con baldosas cerámicas provenientes de todas partes. Se las enviarán por correo, en grandes sobres y la novedad es que hace unos días llegaron las primeras que ya se colocaron y lucen espléndidas en la pared de la casa de Pablo.
Con su propio trabajo y la ayuda de un albañil amigo, vemos en las fotos cómo se colocaron y como se ven hoy las baldosas recibidas.
El Diario de Baradero
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