En la calle Pacheco de Melo, entre Uriarte y Maza, los vecinos, tras cada lluvia, estaban permanentemente invadidos por el barro y cuando se retiraba el agua quedaban los pozos. Desde hace algunas semanas y luego de larga espera, han sido terminadas las tareas de construcción del cordón cuneta en ambas cuadras y el presente es otro muy distinto.
Las páginas de esta publicación pueden dar testimonio de una permanente brega en pos de la construcción de estas obras que permiten, con poco, cambiar la vida diaria de las personas que son beneficiadas. Poco falta para la llegada del asfalto o del mejorado que favorecerá la edificación de nuevas propiedades y, en definitiva, el crecimiento de Baradero.
El Diario de Baradero
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