Por David Arébalo

Ante los fuertes rumores de que Juan Ramos  ocuparía su lugar de concejal  en el Honorable Concejo Deliberante (HCD),  y el pedido de las agrupaciones feministas locales  para que el político no retorne a la banca, tras la denuncia de abuso sexual con acceso carnal que pesa en su contra. Surge una pregunta ética y política: ¿Las bancas legislativas pertenecen a las personas electas o son concejales por estar representando a partidos políticos con sus matrices de pensamiento?

Cada dos años ocurre, las calles se decoran con carteles exuberantes de rostros sonrientes y slogan prometedores de futuros inexistentes. Los medios de comunicación se tornan repetitivos ante la frase: “Espacio cedido por la Dirección Nacional Electoral” y aquellos que aspiran a representantes del pueblo,nos piden sin cesar que los y las acompañemos con nuestro voto, no solo para ocupar la intendencia sino la representación legislativa en el HCD. Cargos que se votan en conjunto sin poder acceder al corte de boleta en lo local, cuando las elecciones también son para el poder ejecutivo.

Sí argumentamos en favor de que votamos personas para que ocupen los lugares en HCD, lo que encontramos desde la praxis es el deshonor de muchos/as que fueron votados para el cargo, ya que ante la posibilidad de acceder a un puesto de funcionario/a público no dudan en abandonar su banca e incluso licenciarla  los cuatro años de mandatos que deberían ejercer, pongamos ejemplos claros:

Desde  Juntos por el Cambio (Ex Cambiemos)  Martín Genoud jamás ocupo el rol de concejal en el período 2015-2019, ya que fue designado en el cargo de Secretario de Gobierno por la entonces Intendenta Fernanda Antonijevic e incluso el dirigente radical sostuvo que la idea era haber ganado en 2019 y seguir en el ejecutivo, pese  a que se presentó como primer concejal.

Al cruzar los estrados, observamos que desde el Frente de Todos sobreabundan los casos: En 2017 bajo el nombre “Unidad Ciudadana” el ex Intendente Aldo Carossi  se presenta a candidato a concejal,  aún al jubilarse de intendente  en 2015 bajo la categoría de invalidez,  Carossi accede al cargo por la minoría electoral  y desiste de ocupar  la misma.  Su lugar se lo sede a Nicolás Moreira (Quién en 2019  renuncia para ir al ejecutivo al ganar Esteban Sanzio la intendencia) por unos pocos meses se viste de concejala Cecilia Silvia (hasta que  la designan jefa local de la obra social PAMI), Finalmente Silvina Sosa termina de hacerse cargo de la primera banca de 2017, habiendo sido la quinta candidata.  De la lista del 2019 el socialista Rodolfo Lacabanne también mantuvo licenciada su banca por ocupar el rol de Secretario de Gobierno  hasta mediado de 2020, cuando fue reemplazado por Leticia Houriet.

Finalmente, Juan Ramos se incorpora a la praxis del deshonor legislativo, ya que  en 2019 jura como concejal y licencia su cargo para ocupar la Secretaria de Desarrollo Social en el poder ejecutivo. Desde septiembre de 2020 ante la denuncia en su contra, el Intendente Sanzio mantiene licenciado a Ramos del cargo, dejando en acefalía política a una de las secretarias más sensibles del municipio. Sanzio no le acepta la renuncia de la secretaría a Ramos, porque es la manera de que no se construya como opositor en HCD, tras su fuerte enemistad política.

Entonces, desde la mirada personalista de la política, poco pueden exigir las agrupaciones feministas para que Juan Ramos no ocupe la banca en el HCD, ya que bajo  La ley Orgánica de las municipalidades de la Provincia de Buenos Aires,  el concejal  puede perfectamente sentarse en su banca, y es una decisión exclusiva de él retornar al cargo porque  aún no cuenta con una sentencia firme.  Entonces votando a personas debemos mirar minuciosamente cada nombre en las listas, ya que los/as concejales  se construyen como dueños/as  de las bancas aunque no se hagan cargo de ellas, y se les confiera al que le sigue en la lista en caso de licencias. Pero, ¿Es posible pensar las transformaciones sociales de la luchas de mujeres desde la mera individualidad política que contempla la ley?

Ahora, sí tomamos la postura de pensar que las personas acceden a las listas por estar representado un partido político en conjunto  de un frente electoral.  Las agrupaciones feministas deberían exigirle al Partido Justicialista y al Frente de Todos,  que  se pronuncie ante la situación de Juan Ramos en HCD, y su participación en política en tanto su situación judicial no se esclarezca. Pero esta postura se torna contradictoria para muchas feministas  que militan en el peronismo y argumenta la compatibilidad de ambas posturas. Si  el peronismo sostiene como principio: Primero la patria, después el movimiento y por último los hombres. ¿Dónde cabe la perspectiva de género?

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