Ayer, aproximadamente a las 13:30 hs, una joven mama que transitaba en bicicleta por Santa María de Oro sufrió el robo de su cartera por parte de un motochorro.
Minutos antes, la joven extrajo dinero del cajero del Banco Nación y se supone fue seguida hasta el lugar donde se cometió el ilícito.
En la cartera se encontraba, además del dinero, una maquina fotográfica digital, un celular y documentación variada que luego fue encontrada por ruta Nº 41, lógicamente sin el dinero, la maquina y el celular.
Hasta ahí relatamos lo ocurrido fríamente, pero hay ciertos detalles que hacen esta historia mucho mas tremenda.
El “motobasura”, perdón pero no nos sale otro termino, sujetó a la niña de un brazo e intentó sacarla de la silla en la que era transportada y la mamá la sostuvo para impedirlo.
Fue tan fuerte la maniobra que le dislocó el brazo a la nena y las tiró al piso, cerca de un volquete ubicado frente al registro civil con el que casi golpearon.
Cuando la mamá, en una reacción lógica, abrazo a la nena para que no se la lleve, este “motolacra” aprovechó para sustraerle la cartera.
La descripción del sujeto coincide con la de las demás perjudicadas, un hombre robusto, casco blanco y anteojos negros en una moto de 110 cc color azul.
Nos preguntamos si es tan difícil investigar estos casos para dar con el “motobosta” o vamos a esperar una tragedia para empezar a trabajar.
¿Hacen falta marchas, hace falta que el pueblo haga tronar el escarmiento, hace falta una muerte?
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