Pancho Varallo. 181 goles con la camiseta xeneize. Ídolo indeleble de los años '30. Vivió 100 años.
Por Carlos Aira – Pancho Varallo. 181 goles con la camiseta xeneize. Ídolo indeleble de los años ’30. Vivió 100 años. Testigo viviente del fútbol argentino.
La vida de Francisco Antonio Varallo transcurrió entre dos mojones de nuestra historia patria. Nació en Los Hornos, el 5 de febrero de 1910; Falleció el 30 de agosto de 2010 en la ciudad deLa Plata. Hombre de ambos centenarios.
El gol fue su vida. Cuando llegó a 60 y 118 lo probaron en un amistoso contra el Club Rioplatense, de la liga Platense. Varallo hizo nueve goles. Una semana más tarde, el 18 de marzo de 1928, debutó con gol en la victoria de Gimnasia 3 a 1 sobre Sportivo Palermo.
Según los cánones británicos de entonces, su posición era de insider derecho. Un actual número 8.
El 9 de febrero de 1930, Gimnasia se consagró campeón del torneo de Primera División. Pancho fue titular, brillando en una delantera que conformó junto a Miguel Pirongo Curell, Martín Malianni, José Díaz y el mítico Ismael Morgada. Marcó ocho goles en la campaña.
Su carrera tuvo un momento de inflexión. En junio de 1930, los delegados de AFA formaban el plantel que jugaría la primera Copa del Mundo. Buscaban un insider. Algunos apostaban por Vicente Zito, La Bordadorade Quilmes. Otros por el veterano Alfredo Carricaberry, de San Lorenzo. Prevaleció la fama goleadora de Varallo. Tenía 20 años.
Roberto Cherro fue su amigo del alma. En el partido inicial del Mundial, ante Francia, Cabecita de Oro fue títular. Varallo debutó ante México. Esa tarde marcó su único gol mundialista. Se lesionó en la semifinal ante Estados Unidos. Lo probaron en la mañana de la final. Lo revisó el Doctor Juan Campisteguy, hijo del Presidente dela República Oriental del Uruguay. El profesional recomendó que no jugara. La desconfianza motivó su inclusión. El resultado es historia: Uruguay 4 – 2 Argentina. Varallo casi no pudo correr.
La pica platense entre pincharratas y triperos estuvo presente en Montevideo. Alejandro Scopelli, ídolo en Estudiantes, pasados los años declaró que Varallo no estaba capacitado para jugar en un Mundial. Pancho dio a entender que algunos renombrados compañeros lo tiraron al bombo, y no tuvieron coraje para jugar la final.
A fines de 1930, Vélez Sarsfield pautó una gira por América. Pidió el préstamo de Varallo. El Lobo tenía arreglada una gira europea para las mismas fechas, pero igualmente brindó los servicios del goleador. Tiempos solidarios: la dirigencia platense entendió que tenía bien cubierto el puesto por otros elementos.
Fueron casi cinco meses de triunfos continuos. Vélez inició su gira en Chile. Allí jugó cuatro partidos y venció en tres. El periplo continuó en Perú, Cuba, México y Estados Unidos. Regresaron al país el 27 de abril de 1931. Jugaron 25 partidos. Ganaron 19, empataron 4 y perdieron solamente 2.
60 y 118. 23 de marzo de 1930. Una joya del archivo. Gol de Pancho Varallo con la camiseta de Gimnasia. Lo sufre Defensores de Belgrano, que fue goleado 4 a 0
En mayo de 1931 los futbolistas decidieron profesionalizar su actividad. River Plate contrató a Carlos Peucelle en una fortuna: $10.000. Boca necesitó adquirir una figura de peso para contrarrestar tamaña adquisición. Pancho no quiso saber nada con dejarLa Plata.
Su padre lo obligó a firmar contrato. $8.000 en la mano, más $850 por mes. El pueblo tripero entendió su marcha como una traición.
Con aquellos pesos compró una propiedad ubicada en 25 y 60. Allí vivió casi ochenta años. Los gimnasistas, con sabiduría, supieron perdonarlo y transformarlo en un ídolo. Con el paso de los años, instaló una agencia de quiniela y lotería. Allí sobraban las fotos de Gimnasia y Boca.
Varallo debutó con la azul y oro el 31 de mayo de 1931. Tarde lluviosa en la cual el fútbol se transformó finalmente en profesional. En la vieja cancha de madera, Boca y Chacarita igualaron0 a0.
Aquella tarde, la bella camiseta tricolor fue vestida por otro prócer de nuestro fútbol: Ernesto Duchini. ElMaestro también nació con el centenario. Vivió 95 años. El forjador de cracks falleció en marzo de 2006.
20 de septiembre de 1931. Primer clásico profesional entre Boca y River. Diluviaba en Buenos Aires. A los 50.000 hinchas ubicados en los tablones xeneizes poco les importó el aguacero. La visita ganaba con gol de Peucelle. A los 25 minutos, el juez Enrique Escola cobró un dudoso penal para Boca. El remate del “Cañoncito del Bosque” (como lo bautizó Luis Elías Sojit) fue fuerte, rasante y a la derecha de Jorge Iribarren.
Varallo arremetió y pateó la pelota que tenía atrapada el arquero. La patada fue tan violenta que Bossio terminó dentro del arco. Escola cobró gol. Fue un escándalo. El partido fue suspendido.
Su historia con Boca fue un romance a primera vista. Campeón en 1931, 1934 y 1935. Sus potentes remates cautivaron a la tribuna. Ya no era insider, se había transformado en Centro Foward.
“A mi me puteaban. Podía estar 88 minutos pateando a la tribuna. Pero sabía que una iba a ser gol. Yo le pegaba al arco desde todos lados. Jugaba con alma y vida”, recordó alguna vez Pancho
Goleador de los torneos de 1934 (junto a Evaristo Barrera, de Racing) y de 1935. Una delantera demoledora:Delfín Benítez Cáceres, Aníbal Tenorio, Roberto Cherro, Varallo y Vicente Cusatti.
Pancho vistió la camiseta xeneize en 210 partidos, marcando 181 goles. Su último encuentro fue ante Ferro, el 3 de diciembre de 1939. Una lesión en los meniscos de su rodilla derecha lo alejó de las canchas. Quiso volver en 1940. Jugó amistosos, pero no hubo forma. Una lástima: sus goles nunca tuvieron como escenario el cemento dela Bombonera.
Amigo de Carlos Gardel y Azucena Maizani. Después de cada entrenamiento, se acercaba a la platea y allí recibía a los socios y fanáticos. Lo llenaban de regalos. Desde trajes hasta lechones.
Francisco Antonio Varallo llegó a los cien años. Sobrevivió a todos sus compañeros. Incluido Juan Elías Yustrich, el Pez Volador del arco xeneize. Nacido un año antes que Pancho, falleció en2002, a los 93 años.
Tuve la suerte de entrevistar en una oportunidad a Varallo. Mañana de domingo de 1998. Era su cumpleaños. Soplaba 88 velitas. La emoción que le puso al recuerdo de su época y al presente del fútbol fue propio de alguien que vivió con fervor este juego.
Antes de su fallecimiento, recibió cientos de distinciones. Pero la más importante ya es parte de la vida cotidiana de todos los platenses. Por ordenanza municipal, la avenida 25, entre 32 y 526, se llama Francisco Varallo.
El único testigo de su tiempo…
Por Carlos Aira
Telam
Sección “de galera y bastón”
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