El Episcopado aseguró que en las villas «muchos no conocen» a los organismos que trabajan para ayudar a los drogadependientes. Aseguraron que esto se debe a una «distracción voluntaria» por parte de los funcionarios
En el jornada de ayer, con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico ilícito de Drogas, desde la Iglesia se emitió un documento que acusa al Estado argentino “de estar “ausente” y de practicar una “distracción voluntaria”, frente a los problemas de atención y necesidades de los drogadependientes.
Esta crítica por parte del Episcopado se suma a las ya explicitadas respecto a los proyectos de una posible despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal que se debate en el Congreso.
La comisión episcopal también afirmó que “no se debe criminalizar al adicto, pero que si no se le brindan posibilidades concretas de recuperación, el que es pobre termina robando o prostituyéndose o mendigando para comprar la sustancia”.
Además, señalaron que mientras el Estado se muestra “ausente” o con “distracción voluntaria” ante la necesidad que plantea esta problemática, desde la Iglesia continúan brindando soporte y apoyo a las familias de adictos que acuden a esa institución “planteando su angustia y desesperación”.
“Se puede poner la mirada en los barrios, asentamientos, villas y preguntar por los organismos del Estado, y muchos dirán que no los conocen. Sin embargo, las capillas y otras instituciones están junto a los pobres, mancando el drama que produce la droga”, sostiene el documento.
Otra crítica explayada por parte de la Iglesia fue que “en los últimos 20 años se duplicó la cantidad de cárceles en el país, pero no hubo la misma inversión en centros de atención de adictos. Si se hubiera hecho al revés, el resultado habría sido otro”.
A la vez, el documento considera “imprescindible crear otras alternativas (a la despenalización) que orienten las acciones, no hacia cuestiones penales, sino a la verdadera atención de los que sufren la enfermedad, alentando y fortaleciendo a la sociedad toda para desarrollar condiciones de vida dignas alejadas de la esclavitud a que someten las drogas”.
Esta problemática es, para la Iglesia, uno de los mayores problemas que le toca enfrentar a la Argentina, junto con la pobreza y el narcotráfico. Por ese motivo, hace unos años creó la comisión de Drogadependencia, que en su momento denunció la falta de un efectivo control del tráfico de estupefacientes en complicidad con sectores con poder y la “facilidad” con que la droga ingresa a través de distintas fronteras.
Hace tres años, varios curas de villas de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires denunciaron que la droga está penalizada “de hecho” en esos asentamientos, dejando entrever la falta de control por parte de las fuerzas de seguridad.
Como consecuencia, el padre Pepe Di Paola, por entonces párroco de una iglesia de la villa 21 de Barracas, fue amenazado de muerte y trasladado a una iglesia de la provincia de Santiago del Estero para protegerlo.
Infobae.com
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