Por amor a la camiseta

Como pasa en todos los clubes de nuestra ciudad, cada avance, cada pequeño progreso está directamente vinculado al desinteresado aporte de simpatizantes, socios o hinchas que aprovechan las pocas horas libres que les quedan del día para brindarse por completo a su amado club, además de los recursos económicos que casi siempre salen de los mismos bolsillos.

La historia es así y difícilmente cambie, porque esto es parte de nuestra identidad, de la cultura de los pueblos.

En este caso, la noticia tiene que ver con el Club Atlético un claro ejemplo de lo que veníamos mencionando.

El Negro como se lo conoce popularmente, posee su estadio a tres cuadras del centro de la ciudad, en catastro figura como Plaza San Martín, pero desde siempre fue el estadio de Atlético, hasta que hace unos años en homenaje a un canchero muy querido se le puso el nombre de Estadio Carlos Asali.

Este predio deportivo concentra durante el año en sus dos canchas, la infantil y la profesional, cientos de partidos que multiplicados por los años eleva esta cifra a números inimaginables. Esto repercute directamente en el campo de juego que aunque se lo cuide se va desgastando.

Atlético hace unos meses decidió realizar un trabajo completo sobre el terreno de ambas canchas y como son corajudos también se propusieron colocarle riego artificial.

Primero se agregó tierra, luego se niveló, se le hicieron las caídas para el desagüe natural y colocaron los caños que llevan el agua fuera de la cancha, se trabajó la tierra, colocaron arena, sembraron el césped y por último se colocará el riego.

Mientras tanto, el plantel campeón con refuerzos importantes se prepara bajo la dirección técnica de Julio Genoud y los profesores Mansilla y Nieto para la Copa Federación que arranca a mediados de enero.

Si todo va bien para febrero la pelota volverá a recorrer el verde césped del Asali y los amantes del futbol disfrutaremos de lindos momentos.

Por amor a la camiseta todo esto se hizo realidad, porque como pasa siempre en las instituciones, ese es el motor, la energía, la fuerza que impulsa a un puñado de personas, generalmente pocas, a perseguir un sueño en común y lograr materializarlo.

Felicitaciones y gracias a quienes hoy llevan adelante esta obra que una vez terminada será de todos.

Fotos: Facebook Lucho Misenti