A diario, diversas noticias sobre cierres de fábricas y empresas son conocidas en todo el territorio. Sin embargo, no todas las empresas se encuentran instaladas en grandes centros urbanos, muy por el contrario muchas de ellas se asientan en pequeñas comunidades que ven tambalear su existencia.
En provincia de Buenos Aires, esta realidad no se encuentra alejada. A tal punto que en los últimos días se conocieron noticias de tres localidades que podrían convertirse en “pueblos fantasmas” tras el cierre de importantes fuentes de trabajo para la comunidad.
Las fotos que ilustran esta nota corresponden a la «Caravana de Repudio» realizada el jueves por las tarde por los Sindicatos Unidos de Baradero en Ruta Nº9.
Coronel Charlone
En Coronel Charlone, un pueblo de unas 1300 personas al noroeste de la provincia, funciona una planta de Sancor. La mencionada empresa, lleva adelante un plan de “reestructuración” que implica, una reducción de 15 a 9 los establecimientos en operación y en achicar la nómina de 4.000 a 500 trabajadores. Las plantas apuntadas para bajar las persianas están ubicadas en Moldes y Brinkmann, ambas de Córdoba; Centeno, Santa Fe; y en Charlone.
El fundamento para dar de baja las plantas es porque la firma “vio afectada su capacidad productiva y su desempeño económico. Para enfrentar este desafío, desde hace varios meses inició un proceso mediante el cual se pretende una solución definitiva a la situación, el cual se prevé que culminará en poco tiempo más”.
Esta semana, los trabajadores realizaron una protesta en la fábrica donde estuvieron acompañados por concejales, familias, vecinos, y otros gremios como Luz y Fuerza.
Jorge Morales, delegado de la planta en esa ciudad, dijo que de producirse el cierre «que 50 familias se queden sin trabajo, pega fuertísimo. Es un pueblo chico». Asimismo, agregó “seguimos bregando por esta fuente de trabajo, el gremio nos abandonó”.
Morales además manifestó que “nos falta terminar cobrar el mes de enero y nos dieron cinco mil pesos nada más de febrero”, y contó que “todos tenemos familia, es difícil y tratamos de sobrellevar la situación”.
Baradero
En este distrito la crisis económica ha impactado en cuatro de las seis plantas que son motor de la economía regional. Al cierre de Atanor, se suman los despidos en Ingredion y las amenazas de recortes en Germaiz, Dontos y BRF.
La química Atanor que en febrero cerró dos de las cuatro plantas que la empresa tiene instaladas en la provincia de Buenos Aires dejó a sesenta operarios de Baradero en la calle. A ello se suma, que la alimenticia Ingredion tiene previsto el despido de 84 trabajadores locales.
“Baradero puede convertirse en una pueblo fantasma si todas las industrias toman la misma decisión”, alertó a la prensa Felipe Barrios, secretario general del Sindicato Unidos.
Alejandro Gómez del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), en diálogo con el portal LetraP hizo un panorama de la crisis económica de esa ciudad. “Germaiz, que provee productos derivado del aceite, cuenta con 50 trabajadores que hace un año que no cobran sueldos; Ingredion, que cuenta con 400 trabajadores, presentó el preventivo de crisis”, señaló y agregó que la empresa “quiere reducir uno de los tres turnos, sacando 80 operarios y está hablando con el sindicato para cambiar el convenio laboral y hacerlo más flexible”
Además, detalló que la alimenticia cárnica BRF, “también estarían por presentar el preventivo de crisis, independientemente que ya despidió gente argumentando razones de presentismo”.
Emilio Bunge
En Emilio Bunge, un pueblo de unos 3000 habitantes, la situación es similar, aunque aumentada por la crítica situación hídrica que atraviesa la región.
Javier Marengo, integrante de vecinos autoconvocados, relató que “tenemos una fábrica que se llama Remotti Melincue donde hacemos quesos blandos y duros”, y sostuvo que “Hay 90 empleados donde en épocas buenas procesa 120 mil litros diarios de leche, pero con la inundación sólo llega a 60 mil”.
“Como dependemos del campo, corremos el riesgo de que la fábrica se cierre. Depende del caudal de leche que tengamos”, sentenció y manifestó que “pedimos ayuda al Municipio, Provincia y Nación. Con las cosas que hizo la Municipalidad no alcanza, son obras paliativas”. (InfoGEI) Mg
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