Los padres gozan, en principio, de libertad para elegir el nombre de su hijo. Sin embargo, existen ciertas limitaciones: que su denominación no sea extravagante o pueda afectar la dignidad, el decoro o la interacción social de la persona. Fue bajo estas premisas que tanto el Registro Civil de la ciudad como la Justicia nacional le negaron a una familia la inscripción de su hijo con el nombre de Lucifer.
“Rechacé la inscripción del nombre Lucifer porque hace referencia al diablo”, precisó a LA NACION Facundo Bargalló, director general del Registro Civil porteño, que señaló que, si bien no se suelen negar denominaciones, si la familia así lo quisiese, se puede elevar a la Justicia esa decisión para que la revise.
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