En nuestro hermoso paseo público, la Plaza Colón, fueron colocadas dos pérgolas en el sector cercano a la cuadra de calle Laprida. Ambas construcciones, hechas en madera, habían sido construidas un tanto «de apuro» y su terminación tal vez no había sido la deseada. Tal vez por esa razón fue que, a poco tiempo de terminadas sufrieron algunos daños en su estructura, los travesaños destinados a soportar las tablas que formaban el piso de ambas pérgolas, y las tablas mismas, se quebraron y deformaron desluciendo el trabajo que se había hecho.
Desde hace algunos días, un grupo de operarios especializados en carpintería las ha reparado con prolijidad y aplicado una pintura, de esas muchas que existen, que protegen y al mismo tiempo dan color a las maderas, acciones que han logrado que una de las construcciones luzca de manera sumamente atractiva y la otra vaya en el mismo camino.
El Diario de Baradero
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