
Hace una semana, la familia Roulet de nuestra ciudad sufrió un robo en su vivienda, tres malhechores ingresaron al interior de la propiedad, golpearon y maniataron al dueño de casa reclamándole una importante suma de dinero en dólares. Al llegar su esposa e hijos todos fueron encerrados en el baño y los ladrones se retiraron del lugar dándose a la fuga.
Carlos Roulet, habló con BTI y se refrió al difícil momento que les tocó vivir;
“El sábado fue feriado yo abrí mi negocio porque había un par de clientes que querían venir- que eran de afuera-, por una cuestión o por la otra termine de atenderlos doce y media, una de la tarde, me vuelvo para mi casa, almuerzo con mi familia, Lorena dice Carlos me voy a llevar los chicos para el Regatas porque se juntan con sus amigos, y yo me voy acomodando para acostarme porque quería tirarme un ratito.
Nosotros tenemos un portón corredizo que lo abrimos y lo cerramos pero como siempre hay alguno entrando o saliendo queda abierto, a los diez minutos que se fue Lorena siento que abren el portón y cerraron de una manera distinta, después escucho que abren la puerta de la cocina-porque del garaje se pasa a la cocina y cuando intento levantarme veo tres tipos que los tenía prácticamente al lado mío. Me atan, me empiezan a golpear, me piden veinte mil dólares, <Nosotros sabemos que tenes veinte mil dólares, que tenes veinte mil dólares>, me atan las manos, me atan los codos, me atan los pies, me ponen de rodilla a la cama, le digo <si tendría los veinte mil dólares ya te los doy, pero ándate porque no los tengo, no soy gente de tener veinte mil dólares guardado, son primeros días de mes que estamos pagando sueldos, me quede sin un mango, sí tengo 500 o 600 pesos para tirar hasta el fin de semana es mucho, fíjate que ahí hay unos ahorros de mi hija que serán 1.400 pesos no sé>-fueron lo agarraron, a todo esto empezaron a dar vuelta toda la casa, no quedo un papel en su lugar, todo al piso- toda la ropa tirada al piso, todas cosas privadas de uno también, entonces agarraron una cuchilla <no puede ser hijo de puta, no puede ser, tenemos la justa que vos tenes veinte mil dólares >y me pusieron la cuchilla en la garganta, diciendo mira no nos podemos ir sin esa plata y le respondí <mira hace lo que tengas que hacer pero yo veinte mil dólares no tengo y si lo tuviera ya te los habría dado, no voy a ser tan estúpido de no dártelo>–entre forcejeo va, forcejeo empecé a pensar que Lorena iba a volver y les digo <mira vinieron dos clientes a la mañana y me dejaron 3.500 pesos, sí queres vamos a la marmolería y te los doy, no es fácil entrar a la marmolería pero yo te abro, entras y lo sacas>.
Estaban los tres a cara descubierta no tenían puesto ni una capucha, nada, yo no los podía ver porque me ataron con la funda de la almohada y cuando yo trataba de verles la cara me daban un sopapo, pero yo la cara del que me pegaba la tengo grabada a fuego.
Eran tipos que no llegaban a los treinta años, de un metro setenta y cinco, morruditos, cabellos castaños claros, casi rubiones, uno de ojos claros, el otro medios pardos, uno andaba con bermudas, todo tatuado, el otro con una campera verde con capucha, hablaba uno solo, él que estaba peor, porque estaban falopeados, dos estaban fuera de sí y el tercero era él que ponía un poquito de orden, la agresividad del tipo que me golpeaba no era la de un tipo normal.
Decidieron ir al negocio, les explique cuáles eran las llaves, ya se iban caminando para la mamolería y uno de ellos me nombra o sería el nombre de ellos, pero es muy raro que sea el mismo que el mío, en eso los dos que habían quedado me llevan de vuelta para la pieza y Lorena llega con el auto y con los chicos, cuando entró la amenazaron con el mismo cuchillo que me habían amenazado a mí, te imaginas los chicos llorando, los apilan a todos ahí en la pieza donde estaba yo, Lorena explicándoles que no tenemos nada, en eso vuelve el tipo que fue al negocio con la plata, tres mil quinientos pesos, más los mil cuatrocientos.
Nos llevan a todos al baño y el más pensante dice <quédense tranquilos está todo bien, no hicimos nada, tu papá está bien, no lloren, ya nos vamos señora, métanse adentro espere que nos vayamos y salgan>. Y eso hicimos, salimos y bueno lo que te imaginaras, porque uno empieza a ver la casa después que se van.
Yo jamás había vivido en mi vida esto, yo soy baraderense hace 24 años, jamás me ocurrió una historia de esta, no es gente de Baradero, para mí hay un entregador porque venían con muchos datos. Me llamó la atención que no tenían armas de fuego solo un destornillador grande y la cuchilla que agarraron en la cocina.
![DSC_0638 [640x480]](https://www.baraderoteinforma.com.ar/wp-content/uploads/2016/04/DSC_0638-640x480.jpg?x80016)
Ni bien se fueron llamamos a la policía, la verdad que vinieron enseguida, estuvo la policía científica a los quince minutos, nos trataron muy bien con todas las preguntas pertinentes y que uno no está para responder en ese momento, porque viste entre el descontrol que vos tenes, que vas viendo la casa como te quedo y que miras los chicos que estén lo mejor posible, para mi responder en ese momento quizás no es lo adecuado. Luego vino el Dr. Lischetti nos llevó a la fiscalía a declarar primero a mí y luego a Lorena-no queríamos dejar a los chicos solos. Vinieron mis cuñadas, mis amigos, nos llamaron todos por teléfono.
Ahora sé lo que pasa una persona en estas ocasiones. Yo nunca digo que nunca me va a pasar, simplemente que no sabes como ellos actúan y en realidad tienen todas las de ganar, porque cuando te tocan los seres queridos vos te aflojas todo. Yo aseguro que hay un entregador, me llamó la atención al lugar donde fueron que es mi casa, porque no fueron primero al negocio, fueron directamente al lugar donde podría haber habido plata, tal vez ellos se pensaban que en ese momento no había nadie, porque mi señora los sábados se va a tomar mate a algún lugar, mis hijos se van al club y yo generalmente salgo a andar en bicicleta con amigos, quizás pensaban la casa estaba vacía- por eso la no existencia de armas- esto es un calculo que hago yo.

Aparte hubo inteligencia porque el auto estuvo desde las diez y media, once de la mañana más o menos, era un Susuki Swift color azul, ya está identificado el auto.
Baradero tiene que saber que hay delincuentes que andan dando vueltas, porque hace más de un mes que se vienen dando atracos, por eso ante cada movimiento raro llamemos al 101, por el bien de todos los baraderenses.”
Comentarios de Facebook