Tras la excarcelación lograda la semana pasada el empleado público Carlos Cocuzza habló en exclusiva con FM Génesis y www.sanpedroinforma.com.ar, luego de haber permanecido 30 días detenido en la ciudad de Luján acusado de portacion ilegal de arma de fuego. Una causa que tras los allanamientos y la detención hizo ruido, despertó un montón de conjeturas y prácticamente fue definida por el juez que determinó bajar la intesidad de la carátula original.
A Carlos Cocuzza la Policía le secuestró cerca de veinte armas de fuego de diversos calibres, más de dos mil municiones, ropas e insumos de Policías.
“Es una gran ventaja estar excarcelado, no es lindo para nadie estar privado de la libertad, en una situación por la que yo nunca había pasado ni se la deseo a nadie. Es muy triste estar en un calabozo lejos de San Pedro con veinte personas deconocidas”, relató Cocuzza a pocas horas de haber dejado los calabozos de la ciudad de Luján.
“No tengo nada que decir, fui bien tratado, tanto en Luján como cuando estuve acá en la Comisaría (San Pedro), no tengo nada para decir de nadie, siempre me trataron con respeto. Salvo la gente que me vino a allanar, que me trató irrespetuosamente a mí y a mi señora, faltándome el respeto con un maltrato contínuo de nueve o diez horas que duró el allanamiento. Mi señora se descompuso y no la dejaban ir al baño, refiriéndose con groserías, comieron, tiraron comida, usaron mi casa”.
Sobre su estadía en Luján sostuvo: “La pasé mal, estuve treinta y pico de dias detenido, lejos de todo, agradesco a mi señora y al estudio Lima, sé que trabajaron todos para que estuviera bien, eso gratifica. Al no tener como comunicarte ellos estaban allí en todo momento, yo les conté toda la verdad y así se dilucidó todo. Al estar acá es decir que no era tanto como se dijo en un primer momento”.
Al referirse a la causa en su contra y la presencia de las armas y municiones dijo: “No sé porqué pasó todo esto. Por algo se debe haber formado una causa pero de eso se ocuparán los abogados”.
“Lo de las armas sí, había armas, pero yo las había comprado a todas legalmente. Para algunos quince armas es un arsenal porque no está acostumbrado, a mí gustan las armas y tenía armas, a otros les gustará pescar y tendrán cañas, yo las había comprado en una armería, me gusta cazar y por ahí vendía una que estaba gastada y compraba una nueva, pero bueno en otras casas habrá más, hay gente que tiene 40 o 50 armas y más también. Las tuve de toda la vida”.
“En la causa también pusieron acopio de municiones pero yo en las armerías de acá de San Pedro, uno teniendo una tarjeta de consumo, podés comprar hasta 2500 cartuchos por renglón y yo tenía justificado 7000 tiros que había comprado en el año 2011. El cartucho o la bala es una cosa que aumenta a precio dólar, entonces cuando tenes un dinero lo vas comprando”, explicó.
“Yo a pesar de la cantidad de armas que tenía jamás amenacé a alguien y acá a mí casa entraron unas veces y solo tire un tiro al aire para amedrentar la situación”.
“La mayoría de las arma estaban certificadas, algunas eran viejas y otras que me había dejado mi padre que me había dado de regalo porque trabajaba en el campo. Después el resto estaba acá adentro y que usaba para ir a cazar porque me gusta, tengo perros, siempre me gustó cazar como deporte.
Todo esto lo puede explicar alguien que lo sienta como yo. Mis armas eran sagradas, ni a los amigos se las prestaba”, comentó.
“Eso de que encontraron cosas de policías no es así. Son cosas de venta libre, pero ellos (por los Policías) se agarraron de eso pero había cosas de otras fuerzas, además yo fui uno de los primeros en hacer seguridad en los bailes, los clubes, en la mayoria de los boliches de San Pedro. Tenía un chaleco táctico que no lo usaba para andar por la calle, también una baliza que me regaló un amigo hace treinta años, tenía ropa camuflada, de otras fuerzas, pero en eso no se fijaron, se fijaron en lo que les convenia para perjudicarme a mi”, dijo Cocuzza mientras un gasista reparaba los calefactores de la casa tras haber sido retirados por los policías que hicieron el allanamiento, según comentó el entrevistado.
“Fueron dos allanamentos simultaneos los que me hicieron, en mis dos casas, pero estoy muy deprimido y a la otra casa no voy a ir, me dijeron que a la otra casa no voy a poder entrar de la destrucción que hicieron. Hubo mucha zaña, revisaron y rompieron todo, televisores, calefactores, pero no se puede destruir de esa manera!… No sé porqué buscaban drogas, jamás he visto droga en mi vida, ni estuve cerca”.
“Todo esto me traerá un gran perjuicio en mi trabajo en el Juzgado de Paz, anímico, económico, social, de toda índole. Me cuesta mucho salir a la calle, cuando estuve preso pensaba como voy a andar por la calle, ahora que estoy libre me cuesta salir, no estoy acostumbrado a esto, me cuesta y no tengo muchas ganas”, confió.
“Fue muy duro, yo no estaba acostumbrado a esto, no sé como voy a salir de todo esto”.
“Cuando estás adentro pensás de todo, además vengo de muy mala racha, se había muerto mi madre, me había quedado solo, siempre pensaba que hay algo peor y esto es lo peor. Estás adentro, pasan los días y te vas desmoronando, escuchás de adentro lo que dicen y entrás en pánico, todo lo que una persona normal tiene, yo no estaba acostumbrado a todo esto, a semejante allanamiento, a estar en un calabozo, es muy difícil superarlo, yo no sé como voy a salir de esto”, señaló.
“Dentro de todo me trataron bien y eso ayudó a que pasaran los días, me tocó estar en un lugar donde había mucha gente, era como una Comisaría grande, donde los presos sabían compartir, eso fue en Luján. En Chivilcoy estuve un dia y pedí volver a Luján”.
“Siempre encontrás eco en los demás presos, creo que el único grande era yo y me llamaban maestro. Pero bueno, he dejado lazos con algunos a los que aun hoy llamo a la familia para ver como andan. Esa es la manera de subsistir ahí adentro, vos nos sabes quien es quien, hay piratas del asfalto, hay narcotraficantes, hay asesinos, es muy difícil, te cuesta dormir”.
Sobre lo expresado por su abogado defensor, quien había asegurado que Cocuzza le expresó sus intensiones de atentar contra su vida comentó: “Es verdad, le dije al Dr. Lima que tenía bronca y ganas de morirme. Estuve cuatro días sin comer y sin tomar agua, se te mezclan un montón de cosas pensando porqué me pasó a mí. Hay que superarlo porque te tenés que quedar ahí, no es fácil pedir un médico yo sufría mareos sensaciones de desmayo, estás preso!… Los presos me decían, vení viejo levantate, dejate de joder, estuve muy deprimido”.
“No sé si después de estos es fácil volver a hacer vida normal, creo que es un gran golpe, no sé si esto no te cambia la vida. Me voy a respaldar en mis amigos, en la gente que conozco. Es una experiencia muy difícil. Estar privado de la libertad es una experiencia horrible”.
“Estas son cosas de las que también aprendés, yo estaba incomunicado pero me pasó que algunas personas en las que confiaba no las vi más, y otro que vinieron acá a mi casa lo hicieron para tirar pálidas”.
“Con los compañeros de trabajo lo mismo, algunos estuvieron y están, otros no tanto, pero bueno, respeto su opinión y los comprendo, hace 27 años que trabajo en el Juzgado y hay quienes me conocen más que otros”, señaló concluyendo la extensa entrevista.
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