Esta semana se conoció que finalmente la Jueza a cargo de la causa Germaíz, decretó la quiebra, y con esto también se quebraron las esperanzas de los trabajadores que sin cobrar un centavo siguieron la lucha hasta ahora.
Ernesto Tejera Martínez y Rubén González, delegados del Gremio Aceitero nunca se alejaron de la responsabilidad que habían asumido al ser elegidos por sus compañeros, estuvieron casi dos años tras el expediente, buscando la manera de reactivar la fuente de trabajo, y hoy como el capitán del barco que se hunde, ellos también se hunden, pero con la frente bien alta, siendo un ejemplo del sindicalismo que queremos en la Argentina.
Ernesto, «el uru» habló con BTI sobre esta triste noticia y sus sensaciones;
“Lo esperábamos, no lo queríamos esa la realidad, porque estábamos en agonía, pero cuando te llega el momento, te nombran la palabra quiebra, es doloroso, pero bueno se veía venir. Acá estamos ahora sí que sin laburo, sin esperanzas de que esto se reactive, la jueza determina la quiebra porque no se cumplió con nada, no pudieron cerrar el concurso, no llegaron con los avales, con la firma de los acreedores».
¿Demierre complicó la posible venta de la fabrica?
«Demierre vino a terminar el trabajo que ya estaba hecho. Los propietarios de Germaíz nos pusieron al borde del precipicio y el vino a empujarnos, nos terminó mandando al fondo, porque acá no está solo él, acá están los dueños que siguen siendo los dueños de Germaíz, Demierre era solo administrador, director, presidente de la empresa o como quieras llamarlo».
¿Vos decis que fue testaferro de los verdaderos dueños?
«No sé si testaferro, pero si vino hacer el trabajo sucio y esta a la vista. El trabajo que no quisieron hacer los dueños para no quedar mal ante los trabajadores y ante la sociedad la hizo esta persona, esta es la realidad, sino mira el expediente y esta clarito. Nosotros hablamos siempre en base a lo que pasaba en el expediente».
¿El caso de Gemaíz es similar al de Hisisa?
«Germaiz fue peor que Hisisa, porque Hisisa lo iban preparando para eso, nosotros fuimos un día a tomar el turno y mi compañero que me entrego el turno me dice estamos vaciando la planta, vino el supervisor me dijo hay que vaciar la planta toda, no hay que dejar nada de material adentro y le digo bueno listo no arrancamos mas y lamentablemente así fue, de un día para el otro se paró la planta, dejó de salir vapor y nosotros seguimos yendo, pero no a trabajar, solamente a cumplir horario, sin sueldo, así de un momento para el otro, de la noche a la mañana esa es la realidad de lo que nos pasó».
¿Queda el consuelo de poder cobrar lo adeudado o no?
«El precio justo es difícil en una quiebra, obviamente la vamos a pelear pero el precio justo es muy difícil en una quiebra, pero acá tenemos una favor diferente a como quebró Hisisa, porque antes en la Ley de quiebra cobraban primero los grandes acreedores, el último que cobraba era el trabajador, hoy en día cambio la Ley, primero cobra la AFIP, después el sindico y la empresa y luego los trabajadores y después el resto de los acreedores que obviamente justifiquen la deuda que tienen con la empresa».
¿Cómo te sentís?
«Uno está decepcionado, dolido, golpeado, amargado, que se yo cuantas cosas así te puedo decir».
¿Ustedes tenían buen dialogo con la Jueza crees que no le quedó alternativa?
«La última audiencia que tuvimos con la jueza fue en noviembre y nos fue muy claro, nos dijo muchachos yo por ustedes no quiero mandar la empresa a la quiebra, porque sé que si va a la quiebra ustedes van hacer los más perjudicados, si por mi fuera abriría otro salvataje en noviembre para ver si aparece otra empresa a querer salvarla, estando estas dos personas inscriptas en el medio y nosotros le pedimos que no porque se iba a hacer muy largo, lo que si nos dijo y nos cumplió fue acortar los plazos legales».
¿Qué queda?
«De ahora en más sigue lo legal, esperar que venga alguien y la compre- lo más rápido posible- para ver si tenemos la posibilidad de cobrar unos pesos.”
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