Su historia ha dado la vuelta al mundo. Con más de 233 mil me gusta en su cuenta de Twitter y más de 13 mil compartidos en las redes, Valeria Gómez Fuenzalida (38), se hizo conocida de la manera menos esperada. “Tengo 554 seguidores en Twitter. Nunca pensé que mi declaración daría la vuelta al globo”.
El martes 9 de junio a las 10.17 de la mañana escribió: “Me acabo de divorciar por Zoom. Amo la tecnología. Hoy es un gran día”. Un mensaje de «libertad” en plena pandemia. Después de lanzar su tweet, un amigo le escribe
– ¿Te das cuenta de que todo Chile sabe que te has divorciado?
Valeria le contestó:
– No solo Chile. También España, Panamá, Colombia, México, y Argentina…
Valeria es periodista, trabaja de manera independiente y tiene un programa digital en redes llamado “La Vida Misma”. Conoció a su ex pareja hace más de una década de manera inesperada. «Estaba atravesando algunos problemas financieros y decidí solicitar un crédito en el banco. Allí me atendió Ricardo, ejecutivo de la entidad. Estuvimos hablando un año entero, me ayudó muchísimo, y lo que empezó con una amistad luego se convirtió en una relación amorosa”.
En 2011 la pareja dio un paso más. No hubo propuesta de casamiento, más bien una ceremonia exprés por civil “Nada romántico, la boda como tal nunca fue un objetivo en la vida. Él se lo tomó con la misma tranquilidad que yo. Creo que fuimos un poco inmaduros en ese momento».
Tras cinco años de matrimonio, en 2016 le pusieron punto final a la relación, sin embargo el proceso de divorcio se extendió hasta ahora. Y pronto vino la pandemia. “Se desató la crisis en Chile, y lo primero que pensé es que esto complicaría el proceso que ya estaba por culminar, temía que se siguiera dilatando medio año más. Hasta que mi abogada me avisó que me prepare, que la audiencia se haría vía Zoom».
Divor-zoom, solemne, expeditiva y cómoda
La audiencia virtual fue la solución frente a la imposibilidad que tienen los tribunales de familia de realizar sesiones presenciales por la pandemia de COVID-19 con 160.846 contagiados y 2870 muertos. “Nos citaron a las 9.30, pero hasta que se conectaron todos la instancia comenzó minutos más tarde. Me vestí formal de la cintura para arriba, después llevaba pijama«, relata. Estuvieron presentes ambas partes, más los abogados, la jueza y el actuario.
«Estuve nerviosa lo días previos, tenía miedo que la conexión fallará… pero funcionó, a los veinte minutos estaba divorciada. La metodología fue cómoda para evitar esos encuentros tensos”, señala.
El momento del “SÍ”
Al igual que en las ceremonias de casamiento, la jueza pregunta si ambas partes aceptan divorciarse. Ellos no dudaron: el sí fue contundente. “Lo único anecdótico es que en un momento debieron ingresar los testigos para confirmar efectivamente que todo lo que se ha dicho es cierto, y que las partes no han intentando recuperar su matrimonio. Uno de mis testigos fue mi actual pareja…”.
A las 10.12 , Valeria ya estaba divorciada. A las 10.17 compartió su alegría con un ese tweet que llamó la atención de muchos usuarios, pero también comentarios muy negativos.
Valeria, sin escaparle a los haters, no se se calló. Les respondió: “Saquemos la palabra ‘fracasaste’ como me han dicho algunos y hablemos de amor propio, de oportunidad, de volver a empezar todas las veces que queramos, de reconocernos, de ser responsables y empaticemos».
Como periodista, la joven también se anima a hacer un análisis sobre el contexto actual. “El coronavirus vino a esconder bajo la alfombra la mugre, hay temas que se han dejado de debatir o investigar porque el foco está puesto la pandemia”.
En Chile un divorcio privado de mutuo acuerdo cuesta alrededor de un millón de pesos chilenos ($87.000) “¿Qué pasa si no tienes dinero? Tienes que acudir a un abogado público y el proceso dilata la instancia judicial por años. Hay mujeres que están atrapadas viviendo contextos de violencia física, económica y psicología. Esa es parte de la desigualdad de la que también debemos hablar con o sin coronavirus».
Su historia marcó un precedente. “El sistema debe adaptarse a la realidad de la gente, y la tecnología ha sido un aliado. En estos días recibí muchos mensajes de mujeres que están pasando por lo mismo e intento ayudarlas”.
“Quiero desatanizar los procesos judiciales, no tiene porque ser una guerra. Con esta decisión de mutuo acuerdo logré la autonomía legal que necesitaba”.
En Argentina, hasta el momento, se celebró una boda virtual con la misma herramienta. A su vez, se realizó la primera demanda de divorcio en forma virtual.
Valeria rehizo su vida. “Hace tres años conocí a Juan Ignacio. Primero trabajamos juntos, luego vivimos una linda amistad y ahora estamos enamorados como pareja. Somos súper compañeros de ruta, también me ha apoyado durante el proceso de divorcio que no siempre fue fácil».
Frente a la pregunta de si volvería a casarse, es contundente: ”Creo en el amor, lo encontré y será hasta cuando decidamos”.
infobae.com
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