Recientemente, en sus redes ha sido bastante dura con el ministro de Seguridad, Sergio Berni, a partir de una imagen que circuló de él en el contexto del aniversario de la Unión Cívica Radical con dirigentes de Juntos. Usted señaló que Berni milita en Cambiemos y pidió su renuncia. ¿Esto es así?

Sí, totalmente. Nos sorprendimos durante el fin de semana con esa foto que no salió en demasiados medios, pero que a nosotros nos llamó poderosamente la atención porque no solamente se trata de una foto o pasar a saludar la iniciativa de un partido que es el opositor, sino que también las actitudes y las políticas del ministro de Seguridad se condicen muchísimo o más de lo que quisiéramos con la coalición opositora.

Nos parece que en ese plano no queda más que sacar ese tipo de conclusiones. Trabaja en el gabinete del Frente de Todos, pero la afinidad política la tiene con Cambiemos. Hace poco en un debate con un diputado de Cambiemos, (Fernando) Iglesias, competían a ver quién tenía la lógica más represora, más criminalizadora de la protesta.

Varias veces ha habido algún tipo de declaración de simpatías y miradas con (Patricia) Bullrich. Me parece que el compañero Berni está más de ese lado que de este, si se puede llamar compañero a esta altura.

¿Por qué motivo continúa en su carga? Siempre ha sido un hombre alrededor del cual gira la polémica y sin embargo se mantiene como ministro de Seguridad de Axel Kicillof.

Es vertical la composición del Poder Ejecutivo. Hay una cabeza, que es el Gobernador, y sus ministros y asesores en materia de los distintos ejes que se abordan en términos de políticas públicas. Es uno de los puntos más críticos de Gobierno provincial. Si se mantiene es porque hay un acuerdo sobre cómo se está llevando a cabo esa política.

«Desde hace muchísimo venimos sosteniendo que la política de seguridad no se puede resolver a los palos»

Yo considero que eso no es así, porque han reprimido compañeros y compañeras nuestras en varias ocasiones. Viene de hace mucho, no es que ahora se habla de la foto y decimos qué mal lo que está pasando, sino que desde hace muchísimo venimos sosteniendo que la política de seguridad en un momento de crisis económica no se puede resolver a los palos.

Debería limitarse a cumplir su función pública y a hacer menos show mediático. Si estás en el Ejecutivo estás para cumplir una misión concreta y trabajar para eso, sino que sea diputado, senador, si le gusta tanto hablar. Me parece que tiene que ocuparse más de los asuntos de la agenda de seguridad, que es para lo que lo pusieron, y menos fotos con la oposición.

En el ámbito nacional, ¿cómo analiza estas internas o este quiebre o rispideces que se da en el seno del Frente de Todos entre el Presidente y la Vicepresidenta?

Creemos que uno de los puntos más álgidos de la discusión dentro del Frente de Todos tuvo que ver con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Fue una discusión que valió la pena, porque eso va a determinar la política económica, política y social en Argentina de acá a doce años.

En ese plano valió la pena, nosotros mismos salimos a plantear una disidencia. Pasado el acuerdo, con resultados que nos pueden gustar más o menos, hay que buscar soluciones. Ahora estamos impulsando un Comité de Acreedores de la Deuda Externa, está el proyecto que presentó el bloque de senadores para repatriar esos fondos. Este Comité viene a apoyar esa iniciativa.

Más allá de las discusiones entre dirigentes, que muchas veces esconden la discusión de proyectos que vale la pena dar, está la gente sufriendo muchísimo. En este momento en Argentina tenemos un 7% de desempleo, un 37% de pobreza, 4.000.000 de personas en la calle, 10.000.000 que no reciben un ingreso mínimo. Es una catástrofe social y económica. Ahí tenemos que poner por delante la política.

Lo que queda de gestión hay que gestionar cada uno del lugar en donde está y, de cara a eso, el año que viene si hay tantas diferencias que se demuestre en las instancias en las que se tiene que demostrar, que son las elecciones, las PASO, las herramientas que tiene la política para sobrellevar las diferencias dentro de las mismas coaliciones. Hoy tenemos que priorizar la gestión porque el pueblo la está pasando muy mal.

En este sentido hubo mucho movimiento social. Muchas agrupaciones que han reclamado frente al Ministerio de Desarrollo Social en las últimas semanas. ¿Cómo analiza también el rol del ministro Juan Zabaleta?

Hemos podido trabajar bien con él, como ecosistema político. Sin embargo, una cosa no quita la otra. La gente no se moviliza porque sí. La gente que estaba movilizada tiene una necesidad concreta y hay un montón de cuestiones de perspectiva que no están buenas.

Yo no lo pondría en términos de binarismo: Zabaleta o el acampe en la 9 de Julio, sino que diría acá hay razones para movilizarse, aun siendo del Frente de Todos te digo que está bien que se movilicen porque hay necesidades concretas y es legítimo.

Después me parece que hay que trabajar mejor en un momento donde seguro la crisis social haga que se agudice cada vez más la protesta social porque así se expresan las necesidades. Tenemos que trabajar mejor en no caer en discursos desde todos los espacios políticos que criminalicen este tipo de acciones porque no les gusta lo que están reclamando.

Tenemos que ser cuidadosos y si es una crítica que puede llegar a ser al Ministerio…bueno, no es una extorsión, es una manifestación, trabajemos para ver cómo podemos generar mejores condiciones para ese espacio político, en ese caso el movimiento obrero, pero también para todos los compañeros que están organizados en cooperativas

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