
El pasado lunes 11 del corriente se celebró el «Día Nacional del Tango» y con tal motivo, Carlos Olmos y Heber Lischetti decidieron hacer una presentación en vivo del programa radial de tango que conducen, en la calle, frente al Centro de Cultura. El clima no lo permitió por lo tanto, lo que se había programado fue postergado para el jueves que, rarezas de estos días, nuevamente se presentó lluvioso y entonces se tomó la decisión de hacer todo en el café «Los Angelitos».
El marco era el adecuado para que se presentara, ante el nutrido público que se dio cita, el Dúo Carmelo-Pantaleón, que integran los músicos locales Rubén Silva y Josue Gauna, Virutazo Tango, que componen Nico De Cesare, Rubén Silva, «Tachuela» Godoy y el joven Arlía. A ambos conjuntos se agregaron Darío Díaz y Juan «El Negro» Alasia para conformar una presentación que tuvo aristas memorables y hace unas pocas horas, las páginas de El Diario llevaron a conocimiento de sus lectores la crónica de lo acontecido.
Estas líneas, en cambio, están escritas desde la emoción, desde el sentimiento de quien estuvo presente a lo largo de todo el espectáculo y compartió las vivencias de esa noche.
El «Dúo Carmelo-Pantaleón», compuesto por los músicos Rubén Silva y Josue Gauna, demostró una vez más que son algo para tener en cuenta y además que el hecho de haber tocado en varias oportunidades ha mejorado la calidad de sus presentaciones.
La orquesta «Virutazo Tango» entregó versiones de tangos hermosos y, en muchos casos, rescatados del olvido. Suma la peculiar voz de Nicolás De Césare quien dando muestras de una versatilidad asombrosa, deja el teclado eventualmente vacante para cantar y, también, como sucedió más tarde, bailar con una elegancia impecable junto a su esposa Carolina. Ambos entregaron una danza en la que la sutileza resultó predominante y entregaron figuras que a nadie pudieron dejar indiferente.
Hace mucho tiempo, medido en años, que en Baradero no se daba que un número semejante de talentos se aunaran para brindar un espectáculo que cautiva y, lo que es más importante, causa placer al que escucha.
Todos pusieron lo suyo, pero sin desmedro de nadie y sabiendo de la justicia del comentario, hay que poner de relieve la valía que como músico tiene el maestro Rubén Silva quien, apretando las teclas de su bandoneón “Doble A”, abriéndolo y cerrándolo, sabe sacar de él notas que no pueden lograr otra cosa como no sea conmover. No es el suyo un instrumento de los “fáciles”, todo lo contrario y además, lo que Silva ha logrado se debe a su talento natural, por supuesto, pero también a su empeño, a su dedicación al estudio, a su búsqueda permanente, a su gusto exquisito para elegir el repertorio y también, claro está, a su madurez como intérprete ya que los años transcurridos le han aportado la sapiencia que se logra al cabo de ellos y quienes lo acompañan saben hacerlo adecuadamente en todos los casos. Esto ha permitido que tengamos, los baraderenses, un motivo más de estar orgullosos.
Nos queda la tarea de difundir, apoyar y aplaudir hasta que nos duelan las manos ya que estos músicos son merecedores de todo. Se brindan hasta más no poder y el respeto y el reconocimiento son su más que merecida recompensa.
El Diario de Baradero
Comentarios de Facebook