Como no podía ser de otra manera, partiste en tu día. En el día del maestro.
Porque es eso lo que fuiste, durante toda tu vida: UN MAESTRO.
Con la pelota como intermediaria, repartiste a voluntad toda tu sabiduría y…
Enseñanzas con valores superlativos. Tu premisa fue crear buenas personas. Y lo hiciste con creces durante varias generaciones baraderenses.
Te voy a contar una intimidad:
Hace algunos días, con mi amigo Fabian Placenti habíamos organizado un reencuentro de aquella famosa categoría campeona 79 que bajo tu conducción ganó cual torneo se le presentase.
Fabi me manifestó, que cuando te avisó de la noticia, se te llenaron los ojos de lágrimas.
Era este sábado, Tío. En Sportivo, tú casa. No sé ahora si vamos a juntarnos sin vos, la idea era encontrarnos con la excusa de agasajarte.
Cuando se pase nuestro dolor, si es que alguna vez ocurre, te prometo que cada pelota que venga de arriba, la miraremos con los ojos bien abiertos como nos enseñaste, e interpretaremos que son tus centros directos desde el cielo.
Tu laburo no ha terminado, los ángeles del cielo sabrán lo que es fútbol con amigos.
Baradero, yo y todos mis compañeros te vamos a recordar para siempre.
MARCELO MELCHIORI
Rosario – Santa Fe
www.efemeridesdeportivas.blogspot.com
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