Una emocionada multitud se volcó a las calles para saludar el paso de la caravana fúnebre que trasladó los restos del popular cantante Sandro hasta su última morada, en un cementerio privado de la localidad bonaerense de Longchamps, donde fueron inhumados tras una ceremonia íntima.
Una lluvia de flores, en medio de aplausos y un dolor generalizado, caracterizó el paso de la caravana, que transitó más de una treintena de kilómetros con miles de personas apostadas a ambos lados del camino.
El cortejo fúnebre que acompañó a Roberto Sánchez, tal el nombre verdadero de Sandro, partió del Congreso Nacional poco después de las 14:00 y en un lento peregrinar, debido a la gran cantidad de personas que se acercaron a la caravana, llegó casi tres horas más tarde al cementerio privado de Longchamps.
La gente siguió al coche fúnebre -que portó en su techo una bandera argentina cubierta por un sinfín de flores-, en bicicletas, motos y autos, o simplemente se apostó a los costados para aplaudir a la caravana a su paso.
El velatorio en el Congreso Nacional continuó esta mañana, poco después de las 6:00, y desde muy temprano la gente se acercó hasta el salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, para darle su último adiós al ídolo.
Se calcula que más de 50.000 personas pasaron por delante de los restos mortales del intérprete de temas como «Penumbras», «Rosa, Rosa» o «Quiero llenarme de tí».
El velatorio -que se realizó a féretro abierto, aunque la viuda, Olga Garaventa, pidió que no se tomaran imágenes- se extendió hasta las 14:00.
Luego, el cortejo fúnebre salió escoltado por una custodia de la Policía Federal a través de la calle Combate de los Pozos, tomó avenida Belgrano y luego la 9 de Julio, hasta llegar al Puente Pueyrredón.
Ya en territorio bonaerense la caravana fue escoltada por personal de la Policía Bonaerense, con jurisdicción en la zona.
El andar de la caravana se hizo muy lento en la zona de Lanús, cerca de la estación, en la intersección de la avenida Hipólito Yrigoyen y 25 de Mayo, donde el paso se hizo casi a paso de hombre, debido a la gran cantidad de personas que querían tocar el coche en donde iba el féretro.
Lágrimas, emoción, personas con fotos del ídolo, y un sinfin de rosas rojas -las que caracterizaron la carrera de Sandro- pudieron verse al costado del camino.
Otro momento emotivo fue cuando el cortejo pasó por la casona de Sandro en la localidad de Banfield, ubicada en la calle Beruti al 200, en donde lo esperaba una gran cantidad de personas, muchas de las cuales fueron vecinos suyos durante más de 30 años.
Un cerrado aplauso y gritos con el nombre del extinto cantante fueron acompañando la caravana, que a paso de hombre recorrió las calles del conurbano bonaerense en un día soleado.
Por momentos el tránsito de la caravana fúnebre fue un poco más rápido, pero al llegar cerca del cementerio «Gloriam» de Longchamps, nuevamente se hizo lento, dado que tres cuadras antes ya había una gran cantidad de personas que esperaban la llegada del ídolo.
Colgados en árboles o utilizando cualquier lugar para ver pasar el coche que transportaba a Sandro, los fanáticos no pudieron ocultar su emoción.
Una vez dentro del cementerio, la ceremonia de despedida quedó reservada para los más íntimos allegados al cantante, como su esposa Olga, los hijos de ella, y los amigos más cercanos.
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