Dícese que la necesidad es la madre de todos los descubrimientos y otra vez confirmado quedó el aserto cuando, ante un presupuesto magro, la organización del festival prescindió de contratar a locutores «famosos», que en casos terminaban cobrando lo que algunos artistas de renombre cual si fueran estrellas, y se recurrió a los locales que condujeron las veladas con la sobriedad necesaria y sin que pueda objetárseles nada.
Desde hace mucho que desde estas páginas se aboga para que algo así ocurriera y esta vez sucedió sin que por ello la fiesta haya visto menguada su importancia. Javier Basualdo y su atildada presencia, El Vasco Biscay Ruiz con sus conocimientos y Nani Righini, quien por experiencia podría asesorar a muchos, fueron los conductores adecuados y ojalá que la experiencia sirva para que en años venideros se transite por el mismo camino, puesto que ha quedado demostrado que es el correcto.
Felicitamos a los conductores locales y hacemos votos para que todo, se reitera, continúe de igual manera en el futuro.
El Diario de Baradero
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