Un agujero abierto en la superficie de cualquier vereda es un peligro; eso es indiscutible. Pero si la vereda es sin dudarlo, una de las más transitadas de la ciudad, el peligro se multiplica.
En la esquina de Santa María de Oro y Anchorena, sobre la vereda correspondiente a la numeración impar, existe un agujero que es una especie de trampa abierta esperando el pie que inadvertidamente pueda introducirse allí ya que el orificio es de unos 15 cm. de diámetro y está al ras de las baldosas. Como si esa medida fuera poco, la profundidad del hueco es de alrededor de un metro y medio por lo que quien tenga la mala fortuna de que su pie caiga allí dentro terminará sufriendo consecuencias que serán de varias clases, pero ninguna buena.
Lo más probable es que quien construyó tal cosa con destino desconocido hasta ahora (en el fondo del hueco se advierte una especie de tapa con una saliente para poder girarla), falto de lo necesario en el momento para obturar el orificio, haya dejado la tarea para más tarde olvidando luego hacerlo ya que a nadie puede ocurrírsele dejar esa «trampa» en la vereda. Ojalá estas líneas y las imágenes sirvan para que se modifique el estado de cosas.
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