La memoria de quien escribe debe remontarse al año 1967 cuando a la noche de cierre del tercer festival, se sumó la competencia de TC que horas antes se disputó en San Pedro para parangonar lo que sucedió en Baradero entre el sábado y domingo.
Se había intuido el viernes cuando, en el circuito del Baradero Auto Club ya había personas preguntando dónde podían instalarse, pero el sábado y domingo Baradero podría decirse que sufrió una «invasión» como hacía tiempo no sucedía.
Durante la noche del sábado una recorrida por lugares precisos de la ciudad permitió comprobar que todos los restoranes, pizzerías y afines rebosaban de clientes y el panorama se repitió desde el mediodía del domingo y se prolongó hacia la tarde cuando en todos los lugares antes mencionados ocurría algo similar y la costa explotaba de visitantes mientras las estaciones de carga de combustible trabajaban sin pausa. Sitios como el Parque Sarmiento, poco visitado por los baraderenses, estaban con gente y hasta en algunas esquinas de la zona del bajo se instalaron familias para mejor aprovechar la sombra.
Para graficar lo que pasaba será quizá suficiente relatar que siendo las 16:20 del domingo, los dos locales que sirven comidas en la esquina de San Martín y Malabia, estaban con no pocos comensales a sus mesas.
El Diario de Baradero
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