El 31 de octubre último, un grupo de iglesias locales pertenecientes al culto evangélico, organizaron una fiesta dedicada a los chicos en la Plaza Colón. Hubo inflables, juegos de entretenimiento, destreza y divertidos payasos.
Todo ello con la intención de concretar la llamada jornada octubrillante, en oposición al festejo de halloween, nacido en México, transplantado y arraigado en los EE. UU. de Norteamérica desde donde se intenta, desde hace varios años, implantarlo entre nosotros. Se trata de una celebración relacionada con el mundo de los muertos pero, principalmente, de una manifestación cultural basada en hechos y circunstancias ajenos a nuestra historia y tradiciones que, por ahora, pareciera tener esencialmente fines comerciales ya que hay toda una serie de cotillón compuesto de disfraces, juguetes y demás que se venden en la mencionada celebración.
Las iglesias evangélicas decidieron festejar la vida, el sol, la diversión y con esa intención convocaron a jugar y divertirse a decenas de chicos que se dieron cita el sábado último en horas de la tarde en la Plaza Colón.
El Diario de Baradero
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