Sobre calle Gallo al 900, senda jaqueada por multiplicidad de baches, los vecinos recurrieron al ingenio para destacar la presencia de uno que se ha tornado peligroso por ubicación y profundidad y, a falta de elementos de señalización adecuados, recurrieron a «plantar» una rama a la que adosaron diversas bolsas plásticas de distintos colores. De esta manera el pozo queda identificado y, más o menos bien, puede ser evitado por los que transitan dicha calle.
Es de suponer que, así como se ha solucionado lo del pozo de E. Genoud y Saavedra, se proceda del mismo modo con este… y con tantos otros cuya enumeración y detalle resultaría casi tediosa.
El Diario de Baradero
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