Ayer después del mediodía y en plena tormenta se produjo una situación desesperante que por suerte y la buena predisposición de una vecina tuvo un buen final.
Una nena de apenas dos años, que estaba al cuidado de una tía, se escapó de su casa jugando y recorrió varias cuadras en medio de la tormenta, cruzando las vías del ferrocarril y caminando descalza por el medio de la calle.
Una persona que concurría a su trabajo en moto, ante la presencia de la nena en la calle se detuvo y luego de intentar dar con algún adulto responsable, resolvió subirla a la moto y llevarla a la dependencia policial, logró interceptar un móvil policial y una agente la contuvo hasta llegar a la comisaria.
En ese mismo momento, la mamá llegó desesperada a la sede policial gritando que le habían robado su hija, que la dejó con un familiar y se la robaron.
Por suerte el reencuentro fue inmediato.
La Oficial Valeria Sosa, a cargo de la Comisaria de la Mujer, contó lo ocurrido:
“En realidad el personal que estaba recorriendo las calles fue interceptado por una señora que se conducía en moto y había hallado a la altura de las vías por calle Saavedra una menor de edad de dos años, descalza, que lloraba debajo de la lluvia y no estaba acompañada en ningún momento. Esta señora al ver que la criatura estaba sola la sube en la moto- ella iba a trabajar- así que lo que quería hacer era traerla a la dependencia, llegó hasta su trabajo, se quedó sin nafta y justo encontró en calle Laprida y Medrano un móvil policial que estaba abordado por un efectivo masculino y un femenino, la femenino se hace cargo de la menor y mientras la conducía a la dependencia, la mamá llega a la comisaria diciendo que le habían robado su hija, por suerte la nena llegó inmediatamente.
Nosotros tomamos intervención, tranquilizamos a la mamá, tranquilizamos la nena que estaba nerviosa al ver su mamá llorar, le buscamos calzado e inmediatamente le dimos intervención al servicio local, porque al ser un caso asistencial tiene que intervenir el servicio local. La mamá refirió que ella había ido hasta el hospital y la había dejado a cargo de una tía y bueno se le escapó de la casa de la tía la nena, de solo dos añitos. Cruzó la vía, cruzó la avenida Ameghino y siguió por Saavedra, gracias a Dios no pasó nada, siempre hay un buen vecino que está atento y que es solidario. Estoy segura que cualquier mujer hubiera hecho lo mismo al ver una criatura de bajo de la lluvia, descalza y llorando.”
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