Esto ocurrió con el discurso del acto central del Bicentenario.
Que fecha, única e irrepetible. Que buen momento para hablarle con el corazón al pueblo que me eligió para que lo gobierne posibilitando un buen presente y trabajando por un futuro prospero.
Eso pensaría cualquier funcionario que le toca dirigir un discurso a su pueblo. En el caso de Carossi no fue así.
Las fotos muestran como del escriba, el discurso pasa por las manos de Diego Gallardo hasta que es entregado a Aldo Carossi.
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