La profesional hizo un encendido reclamo en sus redes sociales. Link a la publicación de Facebook https://fb.watch/xXiiHNea09/

Dra. Lorena Raggio – Foto de archivo de BTI
En un mundo donde la salud es un derecho universal, el acceso a la atención médica no debería depender de si una persona tiene o no una obra social. Sin embargo, esta realidad parece ser cada vez más distante, especialmente en sistemas de salud pública donde la demanda supera la capacidad de respuesta. La pediatra y neonatóloga Lorena Raggio, con una amplia trayectoria en salud pública, ha alzado la voz para denunciar la precariedad del trato recibido por la población sin obra social en el Hospital Municipal, un lugar que, en teoría, debería ser un refugio para quienes no tienen acceso a la medicina privada.
Es importante recordar que el derecho a la salud está consagrado por diversas normativas internacionales y nacionales. En Argentina, por ejemplo, la Constitución Nacional establece que todos los ciudadanos deben tener acceso a una atención de calidad, independientemente de su situación económica. Sin embargo, la realidad a menudo refleja lo contrario. Las personas sin obra social, especialmente aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social, son las más afectadas por la falta de recursos, la saturación de los hospitales y la escasez de personal capacitado.
El sistema de salud pública enfrenta desafíos enormes. La falta de inversión, la carencia de infraestructura adecuada y la escasez de médicos y especialistas contribuyen a que los servicios no sean suficientes para atender a una población que, debido a su situación económica, no puede optar por la medicina privada. En este contexto, las palabras de Raggio no solo resuenan como un llamado de atención, sino también como una advertencia de que el sistema está al borde de colapsar si no se toman medidas urgentes.
El trato recibido por las personas sin obra social en hospitales públicos, lejos de ser un servicio de calidad, muchas veces se convierte en una experiencia traumática. Las largas filas, la escasez de insumos, la falta de acceso a tecnología moderna, y sobre todo, la sobrecarga emocional tanto de los pacientes como de los profesionales de la salud, son solo algunos de los factores que contribuyen a un ambiente donde la atención no siempre es la ideal. Es un sistema que se ve obligado a priorizar la cantidad por encima de la calidad, y las personas más desfavorecidas son las que terminan pagando el precio de esta desigualdad.
Lorena Raggio, al señalar estos problemas, está poniendo el dedo en una herida que afecta a la parte más vulnerable de la sociedad. No se trata solo de una crítica al Hospital Municipal, sino a un sistema de salud que parece haber olvidado su compromiso con los más necesitados. La atención médica debería ser un derecho inalienable para todos, sin importar el estatus socioeconómico, y lo que está en juego es mucho más que la calidad de la atención: es la dignidad de las personas que se ven obligadas a enfrentar una salud pública deficiente, sin la posibilidad de recurrir a una alternativa privada.
Es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto y que se destinen los recursos necesarios para mejorar la infraestructura, la capacitación de los profesionales y, sobre todo, la atención a los pacientes. La salud no es un lujo, es una necesidad básica que debe garantizarse en todos los niveles de la sociedad. Un sistema de salud público que no pueda brindar atención de calidad a quienes más lo necesitan es un sistema que está fallando en su misión.
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