En una noche cálida, no solo en lo climático, Baradero 2018 vivió su tercera jornada que finalizó con un concierto de Valeria Lynch extenso, entretenido donde la popular intérprete dotada de una voz única, cantó todos los clásicos, homenajeó a Estela Raval y a los grandes del rock nacional.
A esta altura del festival, se puede decir que Baradero 2018 tiene una identidad, una característica que lo diferencia de otras ediciones, y es la presencia en el escenario de nuevos valores, grupos emergentes y un lugar destacado para los artistas locales, en el canto, el baile y la conducción.
Si bien a la mayoría de esta nueva generación de grupos folclóricos, les cuesta encontrar un estilo propio definido, por la gran influencia fundamentalmente de Los Nocheros, suenan muy bien y van en camino de ser la nueva generación de nuestro cancionero, como lo fue hace 20 años cuando se produjo el cambio de Horacio Guarany, León Gieco, Víctor Heredia, Teresa Parodi, Antonio Tarrago Ross, entre otros, a esos atrevidos como Soledad, Nocheros, Abel Pintos, Luciano Pereyra, Los Alonsitos o Facundo Toro por dar algunos ejemplos.
En esta tercera jornada, fue destacable, diferente, lo ofrecido por Brisas del Norte y Cayetanos, ambos grupos son distintos entre sí, y a su vez tienen estilo propio, algo que el publico notó y premió con los aplausos.
Un grato momento y un aporte cultural fue la osada inclusión en una grilla festivalera de los payadores Gaboto-Tokar quienes en los pocos minutos que dispusieron fueron didácticos, entretenidos y permitieron que varias generaciones escuchen los versos improvisados que fue la primer expresión artística del gaucho, como lo cuenta el Martín Fierro de José Hernández.
Los baraderenses, Hugo Catiglione y Mizarez ofrecieron un interesante show, donde pudieron destacarse sin perder su esencia.
Además se presentaron Canto del Alma, Claudina Leiva, Fejumas y los misioneros del Grupo Mita.
A los nuevos valores surgidos del pre festival se les hace muy difícil establecer un vinculo con el publico debido al poco tiempo de actuación, ya que por reglamento solo pueden hacer dos temas, pero lo visto hasta hoy confirma la seriedad con que se trabaja en este certamen nacional.
El Ballet Sembrando Sueños y Desde el Alma, nuevamente le pusieron el toque distintivo, de color a la noche, la profesora Mariela Fiorito, presentó dos coreografías al estilo del inolvidable Ballet del Chucaro y Norma Viola, donde además del baile cuentan una historia, con una puesta similar a la teatral.
Lo de Valeria Lynch fue sublime, una vida sobre el escenario le permite moverse en un espacio que domina perfectamente, la popularidad de sus canciones y la calidad interpretativa que la convirtió en una artista internacional hacen que cada instante de su actuación sea maravilloso. Cantó clásicos, homenajeó a Estela Raval, sorprendiendo gratamente al público con la presencia de Los Latinos, con ellos gracias a la tecnología se pudo combinar la voz de Estela Raval con la de Valeria y los Latinos en vivo, sobre el final llegó el rock nacional, el ritmo musical elegido para su último disco.
Fotos: Daniel Pérez – Gustavo Bó
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